Amazon justifica despido masivo: no fue por dinero, sino por cultura corporativa

Recuperar la agilidad y cohesión de una empresa que ya emplea a más de millón y medio de personas no es solo una apuesta interna, también es un mensaje al sector tecnológico sobre los límites del crecimiento desmedido
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Amazon sorprendió al mercado financiero no solo por reportar un crecimiento del 13 % en sus ventas trimestrales —equivalentes a 180 mil millones de dólares—, sino por explicar que el despido de 14 mil empleados no respondió a una crisis económica, sino a un ajuste cultural dentro de la empresa. Andy Jassy, director ejecutivo de la compañía, afirmó que esta decisión no está vinculada a recortes presupuestales ni a la irrupción de la inteligencia artificial, sino a la necesidad de recuperar la agilidad y el sentido de pertenencia que caracterizaron a Amazon en sus años como startup.

El argumento de Jassy rompe con la narrativa dominante de recortes impulsados por incertidumbre financiera o automatización tecnológica. Durante la presentación de resultados, señaló que el crecimiento acelerado de la empresa en personal, unidades de negocio y estructura organizacional generó una burocracia interna que, aunque inadvertida, debilitó la cohesión de los equipos. “Cuando se expande tanto la plantilla y los niveles jerárquicos, se puede diluir el sentido de pertenencia”, advirtió.

En ese sentido, los despidos se presentan como parte de una reestructuración para simplificar procesos y reducir capas de mando. Jassy insistió en que su meta es operar como “la startup más grande del mundo”, una frase que resume su intención de devolver a Amazon una cultura corporativa basada en rapidez de ejecución, autonomía y responsabilidad directa entre equipos. Bajo esta visión, menos jerarquía equivale a más innovación.

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El ajuste, sin embargo, no puede desligarse del contexto laboral de Amazon. Su plantilla alcanzó un máximo histórico en 2021, con más de 1.6 millones de empleados. Para finales del año pasado, esa cifra se redujo a cerca de 1.5 millones, de acuerdo con documentos entregados a la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC). La empresa ha venido depurando su estructura en medio de un mercado que exige eficiencia sin sacrificar crecimiento.

Aunque la compañía mencionó que busca estar preparada ante futuras mejoras derivadas de la inteligencia artificial, Jassy aclaró que, por ahora, esta tecnología no fue el motivo directo de los despidos. Aun así, el anuncio desató inquietudes internas y externas sobre el rol que la IA jugará en el futuro del empleo dentro de Amazon y otras grandes tecnológicas. La sensación de que la automatización podría desplazar trabajadores permanece latente.

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A nivel financiero, la reacción del mercado fue favorable. Tras el informe de ganancias, las acciones de Amazon (AMZN) registraron un alza del 13 % en operaciones posteriores al cierre. Para los inversionistas, los recortes fueron leídos no como señal de debilidad, sino de disciplina operativa y adaptación estratégica.

Con su mensaje, Jassy envía una señal clara: la cultura corporativa sigue siendo un activo tan valioso como la tecnología o el capital. Recuperar la agilidad y cohesión de una empresa que ya emplea a más de millón y medio de personas no es solo una apuesta interna, también es un mensaje al sector tecnológico sobre los límites del crecimiento desmedido.

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