¿Argentina una “potencia” inteligente? Los sueños de IA de Javier Milei

El presidente ultraliberal Javier Milei, en su afán de reconstruir Argentina, no solo aboga por la reforma del Estado o el déficit cero
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El presidente ultraliberal Javier Milei, en su afán de reconstruir Argentina, no solo aboga por la reforma del Estado o el déficit cero, sino que además apuesta a que la inteligencia artificial convierta al país en “potencia mundial”, aunque está lejos de lograrlo.

“Estamos buscando ser uno de los cuatro polos de inteligencia artificial en el mundo (…) Nosotros tenemos todo, todo, todo para ser una potencia en inteligencia artificial”, decía hace unas semanas el presidente, quien asumió en diciembre.

“¡La cantidad de pibes que hay programando!”, expresó en una entrevista con el medio Neura. “Son muchos más de los que te imaginas, pero cobran todos afuera”.

Y añadió: “Para que trabajen los centros de datos donde aprenden los algoritmos, necesitas que haya energía y necesitas frío. En el sur podemos hacer una cosa fenomenal: grandes extensiones de tierra, frío (para que las máquinas consuman menos) y capital humano”.

Y así Milei, quien tiene afinidades con su par salvadoreño, Nayib Bukele, decía en junio que “en Google tienen un sistema armado para hacer la reforma del Estado con inteligencia artificial”, que según él fue aplicado “muy exitosamente” en el país centroamericano.

Con Meta, con cuyo director Mark Zuckerberg se reunió a finales de mayo en Silicon Valley, “empezamos a hacer los contactos para implementar IA en la formación de nuestro hijos”, contó entonces.

– Rezago en IA –

Pero Argentina está rezagada. Según un estudio de julio realizado por Randstad, el gigante del trabajo temporal, sobre una treintena de países, apenas el 13% de los argentinos utilizan la IA de forma regular en su trabajo, menos que el promedio de América Latina (26%), lejos de América del Norte (31%) y aún más de Asia (37%).

Este retraso es corroborado por el centro de estudios The Conference Board: en 2023, el 11% de las empresas argentinas había adoptado tecnologías de IA en sus operaciones, frente al 22% a nivel mundial.

Para Milei, la receta pasa por la desregulación y la apertura a capitales extranjeros, al igual que en otros sectores de la economía.

Ese es el sentido de un incentivo a las grandes inversiones aprobado por el parlamento en junio y que constituye el primer gran éxito legislativo de Milei. La ley ofrece ventajas fiscales, aduaneras y cambiarias por 30 años para inversiones que superen los 200 millones de dólares.

– ¿Una IA contra el crimen? –

En junio también se anunció con bombos y platillos la creación de una “Unidad de Inteligencia Artificial Aplicada a la Seguridad”.

Entre otras tareas de ciber vigilancia -ya existentes en muchos países-, esta unidad tendría la misión de utilizar algoritmos de aprendizaje para analizar los datos históricos sobre la criminalidad con el fin de predecir futuros delitos y ayudar a prevenirlos.

No hay duda de que “integrar la IA en ámbitos de la vida pública permite reducir costos marginales y obtener mejores rendimientos”, estima Tomás Porchetto, creador de Constana, una plataforma centrada en la IA para el intercambio de contenidos educativos vinculados a la tecnología de la información (TI).

Ahora bien, Argentina, tercera economía de América Latina “necesita la IA para no quedarse atrás”, dice a la AFP este argentino instalado en Estados Unidos.

Otros sienten desconfianza por el “análisis predictivo” en materia de criminalidad.

Amnistía Internacional Argentina teme que el “sesgo algorítmico” conduzca a una “discriminación selectiva” debido a la sobrevigilancia de personas o barrios considerados por la IA como “potencialmente delictivos”.

Estos sesgos fomentarían la desigualdad y la autocensura, dijo a la AFP Mariela Belski, directora ejecutiva de Amnistía Argentina.

“Si una persona sabe, o tiene la sospecha fundada, de que todo lo que comenta o publica está siendo vigilado por las fuerzas de seguridad, podrá inhibirse de emitir, por ejemplo, opiniones críticas o disidentes, afectando la libertad de expresión y perjudicando la calidad plural y democrática del debate público”, explicó.

Las inquietudes políticas sobre cómo el gobierno de Milei podría usar estos sistemas de vigilancia quedaron reflejadas la semana pasada, cuando el Congreso rechazó un decreto para conceder 102 millones de dólares de fondos reservados a la SIDE, la agencia de inteligencia.

 

 

 

YJ