La arrolló una embarcación mientras buceaba en Balandra; dos años después logró acuerdo reparatorio

El 25 de abril de 2023, Alexandra fue a bucear a la zona conocida como Punta Diablo, en playa Balandra, un sitio autorizado para esta actividad. Ese mismo día, junto con su acompañante, fue arrollada por una embarcación de servicios turísticos que, presuntamente, no se percató de la presencia de personas en el agua.
El impacto le provocó severas lesiones en la pierna derecha, por lo que tuvo que ser sometida a múltiples cirugías. A la par de las complicaciones de salud, llevó el proceso legal para esclarecer los hechos y judicializar el caso.
El resto de 2023 y todo 2024, Alexandra buscó una conciliación con la empresa turística responsable de la embarcación y con el conductor, Miguel “N”, quienes presentaron diferentes recursos para retrasar la audiencia intermedia. La afectada denunció la falta de resolución por parte de la autoridad con el cambio constante de jueces y los tiempos prolongados entre cada llamado a audiencia.
“Presentaron excusas como enfermedad tanto de él como de los abogados. Otra vez de plano no se presentó. Otra de las estrategias fue el derecho a la defensa jurídica, entonces que se presentará el individuo solo sin nadie que abogaba por él, también nos llevó a una serie de retrasos, pero entonces el punto es ¿Cuántas veces se le puede de respetar el derecho a alguien que ella infringió la ley?”.
De acuerdo con la buza afectada, su expediente se compone de más de 90 pruebas que avalan la negligencia y que la compañía prestadora de servicios turísticos actuó mal al poner a un conductor que no contaba con licencia y que además pasó a exceso de velocidad por una zona de actividades acuáticas.
Desde el inicio, lo que ella solicitaba era una mediación para obtener la reparación del daño económico, presentando los comprobantes de los gastos relacionados al accidente. Dos años después, el 14 de mayo de este 2025, logró un acuerdo reparatorio. Los gastos médicos serán pagados en más de 40 abonos mensuales. Además, el imputado realizará obras de servicio social y una disculpa pública.
“Yo ya quería que esto terminara. Por eso accedí a recibir la remuneración completa de mis gastos en cuotas mensuales que él pudiera pagar. Un acuerdo factible donde no falle. Aunque estoy nerviosa, porque sé que tiene 49 oportunidades para incumplir y que todo regrese al punto donde se deba celebrar la audiencia intermedia y después un juicio. Y la disculpa pública… eso es por parte de Miguel. Pero insisto, esto no es un acuerdo reparatorio real, porque quedé discapacitada de por vida. La compañía quedó impune y toda la responsabilidad recayó en Miguel. No considero que haya justicia”.
Alexandra también señala omisiones desde el primer día del accidente: no se realizó un peritaje por parte de Capitanía de Puerto y se manejó el caso como un accidente vial, a pesar de que ocurrió en el mar.
“Esta historia es de fallos administrativos épicos. Lo veo como una falta de cuidado, de atención, o quizás de comunicación, empatía y verdadera protección a las víctimas. Nunca me sentí protegida por ninguna autoridad, y menos ahora que se firmó el acuerdo. Realmente no fue gracias a la Procuraduría, sino a que yo decidí ceder. Lo único que quiero es paz para todos”.
Finalmente, la bióloga marina hizo un llamado a las autoridades para reforzar la vigilancia en las zonas costeras de Baja California Sur y evitar que se repita un accidente como el que ella vivió.