Reportan baja afluencia en cruces a Estados Unidos
Desde las cuatro de la mañana, Jesús espera junto a su carrito de comida en una de las filas en la garita San Ysidro, donde desde ayer fueron eliminadas las restricciones para viajeros con visa de turista. Aunque esperaba vender lo que no ha podido durante la pandemia, el miedo ganó a los residentes y la gente que los vendedores esperaban no llegó.
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Desde las primeras horas del día los reportes oficiales de espera para cruzar de Tijuana a Estados Unidos ya estimaban menos de una hora de espera en las filas, cuando apenas la semana pasada eran entre dos y tres horas invertidas para poder ingresar a la Unión Americana.
Decenas de vendedores de comida, café, artesanías y artículos se prepararon para intentar recuperar las ventas que casi sepultan la economía de ese sector, debido a las restricciones en el cruce que solamente permitieron ingresos esenciales durante aproximadamente un año y ocho meses.
La expectativa era grande, desde la tarde del domingo cientos de vehículos hacían fila esperando la reanudación de los cruces no esenciales. Gobiernos de ambos lados de la frontera dispusieron de operativos esperando miles de visitantes, pero al amanecer del lunes las filas de autos y personas desaparecieron, no sólo en Tijuana, lo mismo sucedió en Nogales, Sonora; Ciudad Juárez, Chihuahua, y Nuevo Laredo y Reynosa, en Tamaulipas.
Jesús, un joven que no rebasa los 25 años, fue uno de los comerciantes que se preparó para atender a las miles de personas que pensó iban a llegar. Empuja su carrito y ofrece su mercancía a cualquiera de los conductores que se paran para preguntarle dónde está la fila. Algunos ni siquiera se detienen y avanzan hasta las casetas de revisión.
“A la gente le dio miedo”, dice mientras ofrece su mercancía, “pensaron que iba a estar lleno y no se animaron, a ver si en estos días nos recuperamos”.
Alan es su compañero de trabajo; carga una Bandera grande de México que ondea a cualquiera que se le acerca y la ofrece en un par de pesos. Ese ha sido su trabajo durante el tiempo de la pandemia por Covid-19. Religiosamente madruga y se planta en la garita de San Ysidro para vender porque tiene una familia que mantener.
“Ya no creo que sea igual, va a pasar tiempo”, lamenta.
Baja afluencia desde Reynosa
Durante 20 largos meses, Suhey Cavazos esperó ansiosa la apertura de los puentes internacionales para realizar compras y visitar a su familia que reside en Hidalgo, Texas, sin embargo, no pudo cumplir su promesa de cruzar al permitirse las visitas no esenciales primero, por ser un día laboral y segundo, por no contar con dinero suficiente.
Esta reynosense, madre de familia y trabajadora en una empresa maquiladora, cuenta con tristeza que tendrá que esperar hasta la próxima semana para visitar a su hermana y conocer a su nueva sobrina.
“Estaba muy contenta porque ya se abrieron los puentes, pensé en irme el primer día, quería ser de las primeras, pero tengo que acudir a trabajar y además, la quincena es hasta la próxima semana. Creo que muchos estábamos emocionados, pero no guardamos dinero para ir a Estados Unidos”.
Asegura, que le asombró que durante la apertura, no se saturaran los puentes internacionales como se tenía previsto, ya que sólo por la noche, se formaron largas filas de autos en su mayoría, de familias provenientes de Nuevo León y Veracruz.
Consumidores inteligentes
Roberto Cruz Hernández, presidente de la Cámara de Comercio en Reynosa, asegura que el desaire de los residentes fronterizos ante la apertura, obedece a que ya no realizan compras impulsivas y ahora, son más inteligentes al gastar su dinero.
“La Cámara de comercio de Reynosa, prevé un impacto moderado en las ventas debido a que la pandemia ayudó a repensar en la manera en la que se gastaba anteriormente, muchas de las compras que se hacían en los comercios del Valle de Texas, eran por costumbre más que por necesidad, los consumidores ahora son más inteligentes para comprar, evitan las compras de impulso, comparan precios y adquieren sólo los artículos necesarios cuidando la economía familiar que se vio mermada durante la emergencia sanitaria”.
Informó que las restricciones a los cruces terrestres no esenciales en los puentes internacionales, generó un cambio en los hábitos de compra de los ciudadanos fronterizos pues les permitió conocer y descubrir la oferta comercial de la ciudad y adquirir productos a precios mucho más baratos que sus similares en Estado Unidos.
“Creemos que los ciudadanos de Reynosa buscarán y comprarán productos y servicios primero en los comercios de la ciudad, visitarán el valle de Texas por motivos familiares o a comprar productos muy específicos que no encuentren en nuestra ciudad, pues ahora somos más conscientes de la importancia de consumir primero lo local, pues de esta manera fortalecemos la economía interna e impulsamos la generación de más y mejores empleos”.
A lo largo de la pandemia, dijo, los comercios de Reynosa pudieron satisfacer las necesidades de compra de los habitantes sin ningún problema, incluso se atendió la demanda de los ciudadanos del Valle de Texas que presentaron escasez de productos al inicio de la pandemia.
“Esta situación además provocó un aumentó el número de visitantes del valle de Texas hacia nuestra ciudad, quienes acuden a atender temas de salud, compra de medicamentos, productos perecederos, o a servicios para el cuidado personal en las estéticas y barberías, entre otros, lo que se ha traducido en ingreso de divisas y derrama económica para nuestra ciudad”.
Destacó que el intercambio comercial que existe entre ambas fronteras retomará su cauce histórico, pero con consumidores más conscientes e inteligentes de la importancia del consumo local.
“Como comercios nos seguiremos esforzando en cumplir las expectativas de los consumidores con más y mejores productos de calidad”.
A gastar
Juan Manuel Cásarez, originario de Monterrey, Nuevo León, llegó a Reynosa a las 18:00 horas del domingo 7 de noviembre y esperó hasta que el reloj marcara las 23:45, para ingresar al Puente Internacional Reynosa-Hidalgo.
“Vengo acá a quemar billete, traemos todos los papeles que pidieron, estábamos esperando con ansia, estábamos desesperados porque estamos acostumbrados a pasar, ya viene Navidad para comprar los regalitos, para llevarles a todos. Yo les digo a los regios que vengan, que ya están abiertas las puertas”.
Asegura, que observó la carretera Monterrey-Reynosa saturada de autos con personas que se dirigían a Reynosa para ser de los primeros en ingresar a Estados Unidos.
“Nosotros veníamos al menos cuatro veces al año, por lo regular siempre entramos por el Puente Anzaldúas (que conecta la ciudad de Reynosa con Mission, Texas), no tuvimos problemas para llegar, todo está muy tranquilo”.
Por su parte, Jesús Hernández, llegó a Reynosa a las 14:00 horas procedente del estado de Veracruz, acompañado de su esposa, con el firme propósito de llegar a San Antonio, Texas, para encontrarse con su familia.
“Por ganas de ser de los primeros en llegar, pensaba irme mañana pero ya estoy aquí, ya me hice la prueba del Covid y creo que ni la piden, traigo el certificado de vacunación completo. Voy a ver a mi familia, estuvimos confinados sin tener una actividad turística”.
Para Jesús, poder salir después del confinamiento obligado por la pandemia, lo ayudará a bajar la tensión que sufría.
“Es saludable salir, mis hermanos están emocionados de verme, ya había viajado a Estados Unidos pero de Monterrey a Ciudad de México, luego a Dallas y por último a San Antonio, no había otro vuelo y ahora por vía terrestre es mejor porque es más entretenido”.