Huracanes en Baja California Sur, lecciones de la historia y preparación para el futuro
Septiembre es el mes de mayor incidencia de huracanes en Baja California Sur. A lo largo de su historia, el territorio nacional ha enfrentado un gran número de fenómenos meteorológicos que han dejado un impacto significativo en la vida de sus habitantes y en la economía de la región.
Debido a su ubicación geográfica en la costa occidental de México, la península se encuentra en una región propensa a la formación de ciclones tropicales, ya que está situada en el límite norte de la zona de desarrollo de huracanes del Pacífico Oriental.
Aunado a ello, las condiciones climáticas en el estado suelen ser las ideales para la formación de los fenómenos meteorológicos. Uno de los principales factores, es la temperatura del agua del océano, pues de acuerdo con la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), cuando supera los 26 grados °C, aumenta la probabilidad de que se desarrollen tormentas tropicales y huracanes.
Huracanes como “Liza” de categoría 4 en 1976, “John” de categoría 4 en el 2006, “Jimena” de categoría 4 en el 2009 y “Odile” de categoría 4, en el 2014 son ejemplos de los peores huracanes que ha vivido en la media península, que han causado devastación y pérdidas considerables en la península. Este año, “Hilary” ocasionó daños de 250 millones de pesos y las labores para restaurar los daños continúan especialmente en zonas de Mulegé, Santa Rosalía principalmente.
No olvidar la historia que ha vivido Baja California Sur en temas meteorológicos, el monitoreo constante, la cultura de la prevención y la colaboración entre autoridades y sectores de la sociedad son factores fundamentales para mantenerse preparados ante desastres naturales.