Talibanes anuncian que China mantendrá su embajada en Afganistán
Un portavoz de los talibanes indicó el viernes (hora local) que China prometió mantener abierta su embajada en Afganistán y aumentar su ayuda humanitaria al país, devastado por décadas de conflicto.
Abdul Salam Hanafi, miembro del buró político del grupo islamista en Doha, en Catar, “sostuvo conversaciones con Wu Jianghao, ministro adjunto de Relaciones Exteriores de la República Popular de China”, anunció en Twitter el portavoz, Suhail Shaheen.
“El ministro adjunto chino aseguró que mantendrán su embajada en Kabul, y que nuestras relaciones mejorarán. (…) China continuará y aumentará su ayuda humanitaria, en particular para el tratamiento del Covid-19”, agregó.
El gobierno chino no confirmó inmediatamente el anuncio.
La mayoría de los países abordan con cautela el establecimiento de relaciones con los talibanes, que se preparan para dejar atrás la lucha insurgente para asumir el mando del país.
Por contra, China, que repetidamente ha criticado lo que considera una apresurada y mal planificada retirada de Estados Unidos de Afganistán, se ha mostrado dispuesta a entablar relaciones “amistosas y cooperativas” con el nuevo régimen.
Su embajada en Kabul sigue operativa a pesar de que el gobierno empezó a evacuar hace meses a sus ciudadanos por motivos de seguridad.
Pero las autoridades chinas no reconocieron todavía al nuevo régimen talibán y están alerta ante un eventual apoyo de este movimiento a los separatistas de la minoría musulmana uigur en la región de Xinjiang, donde se encuentra precisamente el único tramo de frontera entre ambos países.
China entiende que una administración estable y cooperativa en Kabul allanaría el camino a la expansión de su gran proyecto de desarrollo de infraestructuras internacionales, opinan los analistas.
Para el movimiento islamista, el gigante asiático puede ser una fuente crucial de apoyo económico y de inversiones.
Además, empresas chinas tienen la vista puesta en las grandes minas de cobre y litio de Afganistán, aunque los expertos aseguran que una inversión inmediata es poco probable dada la frágil situación de seguridad.