Continúan los cierres de negocios por la inseguridad en México

La inseguridad en México ha alcanzado niveles alarmantes que afectan la vida cotidiana de los ciudadanos y la económica del país
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Elemento de ejército tripulando dron

La inseguridad en México ha alcanzado niveles alarmantes que no solo afectan la vida cotidiana de los ciudadanos, sino también la estabilidad económica del país.

En los últimos años, la violencia, la extorsión y el crimen organizado han provocado el cierre masivo de negocios, dejando tras de sí una economía tambaleante y un país que parece dirigirse hacia un abismo de inestabilidad.

El caso más reciente que ha generado indignación es el anuncio del cierre de la sucursal de IHOP en Culiacán, Sinaloa, una ciudad marcada por el control del narcotráfico y la impunidad.

La empresa, conocida por su amplia presencia internacional, citó motivos de seguridad como la razón principal para su decisión. Este hecho, que podría parecer aislado, se suma a una creciente lista de empresas nacionales y extranjeras que están decidiendo no invertir en México, abandonar el país o reducir sus operaciones ante la imposibilidad de operar en un entorno seguro.

La fuga de capitales es solo una de las muchas consecuencias de esta crisis. A esto se suma la “fuga de cerebros”, con profesionales altamente capacitados que prefieren emigrar a países donde puedan desarrollar sus carreras sin temor a ser víctimas de la violencia.

Además, cada vez más familias mexicanas buscan oportunidades en el extranjero, replicando escenarios similares a lo ocurrido en Venezuela y lo que actualmente afecta a Colombia.

Este fenómeno no solo impacta a los grandes corporativos, sino también a los pequeños empresarios, quienes enfrentan constantes amenazas de extorsión.

La “cuota” que los grupos delictivos exigen se ha extendido a todos los estados y alcanza a todos los rincones del país, lo cual ha forzado y fuerza a miles de negocios a cerrar sus puertas, dejando comunidades enteras sin servicios esenciales y aumentando el desempleo.

Mientras tanto, las autoridades han demostrado ser incapaces de contener esta situación. Aunque el gobierno federal asegura que la violencia está bajo control, los datos y los hechos pintan una realidad muy distinta.

La estrategia de “abrazos, no balazos” ha sido duramente criticada por su falta de eficacia, dejando un vacío que los criminales han aprovechado para expandir su influencia.

La inseguridad no solo está destruyendo la economía, sino también el tejido social del país.

Los mexicanos se enfrentan a un futuro incierto, donde emprender un negocio o simplemente salir a trabajar representa un riesgo constante.

Sin una respuesta contundente y efectiva por parte del gobierno, el escenario actual podría agravarse, llevando a México a una crisis de proporciones históricas.

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