Comunidad francesa demanda a empresas por poner en riesgo sus vidas
(Notimex).- Con una tasa de enfermos de cáncer que supera al doble el promedio nacional, la comunidad francesa de Fos-sur-Mer interpuso una demanda contra las empresas acereras, petroleras y petroquímicas que operan en la zona.
Los pobladores de esta región se unieron para proceder legalmente contra las casi 200 fábricas, bodegas, terminales de gas y naves industriales que los rodean por poner en riesgo su vida.
Los habitantes de la región, ubicado al oeste de Marsella, aseguran padecer problemas cardíacos, cáncer de ovario, tiroides, de mama y enfermedades como diabetes a causa de la contaminación.
Aunque admitieron que durante mucho tiempo consideraron este tema como un tabú, pues les daba empleo, han decidido enfrentarse a toda la industria pesada del área de Marsella, que en conjunto emite una quinta parte de las partículas finas de Francia y una cuarta parte de sus emisiones de metales pesados.
Además, casi el 20 por ciento de las fábricas de Francia que están clasificadas como de alto riesgo están concentradas la comunidad mediterránea de Fos-sur-Mer.
En la denuncia, los habitantes manifestaron que en mayo de 2010 un representante local del gobierno francés notó “numerosas emisiones atmosféricas descontroladas” en una planta acerera de ArcelorMittal en el área, sin emitir advertencia alguna.
A ello se suma que los profesionales de la región han alertado que el número de casos de cáncer se encuentra muy por arriba de lo normal, pues en un radio de 62 hogares, en 22 han padecido esta enfermedad.
Aunque los ciudadanos saben que las fábricas son una parte esencial de la vida económica de la región, se dijeron convencidos de que la calidad del aire podría ser mejor si las plantas adoptaran más métodos de reducción de contaminantes.
Por ello, los habitantes han decidido llevar su reclamo ante la corte contra cuatro de estas empresas, entre ellas, ArcelorMittal y una refinería de combustible propiedad de Esso, parte de Exxon Mobil.
En respuesta, el coloso de la producción de acero ha argumentado que ha gastado decenas de millones de euros en equipo para reducir la contaminación.
Un esfuerzo que los activistas califican como insuficiente.