Las consecuencias de morderse las uñas; ¿cómo dejar de hacerlo?

Morderse las uñas puede pasar de ser un hábito a convertirse en un trastorno obsesivo-compulsivo que afecta la estética y salud de éstas, en la búsqueda inconsciente de calmar el estrés y ansiedad.

La onicofagia, como se le conoce científicamente, puede desarrollarse desde la infancia y persistir en la edad adulta. Tanto en hombres como en mujeres. Se trata de un comportamiento repetitivo y automático, de acuerdo con el Instituto Médico Cleveland Clinic.

Asimismo, puede ocultar trastornos emocionales o psicológicos más profundos, como TDAH, depresión o ansiedad. También es una respuesta común a la fatiga y el aburrimiento.

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Consecuencias

Enfrentar este “vicio” requiere de expertos en psicología y medidas prácticas para promover la curación y el cambio de comportamiento. Ya que la falta de estética de las manos y los labios pueden afectar la confianza y el bienestar emocional.

Entre los riesgos que tiene este hábito es que favorece la adquisición de bacterias o virus porque se llevan constantemente las manos a la boca. Esto puede provocar infecciones. Su persistencia, incluso, puede llevar a problemas dentales.

Igualmente trae problemas a la mandíbula, ya que produce problemas en la articulación entre el hueso temporal, lo que lleva a la dificultad y dolores al masticar.

¿Cómo dejar de morderse las uñas?

La ayuda psicológica

Es fundamental para identificar las causas subyacentes del hábito y desarrollar estrategias para controlarla.

Los expertos pueden trabajar con los pacientes para fomentar el control y reducir la ansiedad que causa la necesidad de morderse las uñas.

Auxilio de odontólogos

De la mano, los odontólogos pueden ofrecer soluciones como la fabricación de férulas especiales que impiden el contacto entre los dientes, evitando el corte de las uñas.

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Medidas individuales

• Los productos de farmacia, como los esmaltes de uñas amargos, pueden contribuir a disuadir el hábito al provocar una respuesta de rechazo al sabor.
• Envolver las puntas de los dedos con tiritas para crear una barrera física que obstaculice la morida.
• Mantén las manos ocupadas, ya sea trabajando o haciendo cualquier otra actividad manual. Incluso, puedes sostener un simple bolígrafo entre las manos.
• Cuida el largo de las uñas. En cuanto más las dejes crecer, más ganas tendrás de morderlas. Procura llevarlas cortas.

MAEP