Corea del Norte, lista para luchar contra la agresión de EEUU
Corea del Norte luchará codo a codo con China contra la agresión estadounidense, declaró el embajador norcoreano en Pekín, Ji Jae-ryong, en una entrevista a Global Times. El diplomático criticó la injerencia de Estados Unidos en los asuntos internos de China. Explica por qué Pyongyang está dispuesto a combatir por su vecino.
Las declaraciones del embajador norcoreano en China llegan en el contexto de la presión por parte de Estados Unidos sobre Pekín en lo que se refiere a la aprobación de la nueva ley de seguridad nacional en Hong Kong, según la cual, Pekín obtiene más control sobre esta región autónoma, lo que causó una ola de protestas en la ciudad.
“Expresamos nuestro apoyo completo y solidaridad con el pueblo chino y el Partido Comunista de China en sus esfuerzos para resistir la interferencia y arbitrariedad de Estados Unidos y para salvaguardar la soberanía nacional y la integridad territorial”, declaró Ji.
Según el embajador, Estados Unidos “manchó de manera abierta y provocativa el Partido Comunista de China y el sistema socialista del país” asiático este año. Esto hizo que las relaciones entre la República Popular China y EEUU entraran en el estado de “confrontación de ideologías y sistemas”.
“Esto demuestra que Estados Unidos siente que su posición hegemónica es amenaza por el desarrollo de China y el fortalecimiento del socialismo”, indicó Ji y subrayó que Pyongyang “luchará codo a codo” con Pekín para “reclamar la victoria definitiva” para sus sistemas.
El tema de la intromisión estadounidense en la política interior de China ha sido discutido el 2 de junio en el diario oficial del Partido del Trabajo de Corea, Rodong Sinmun. El periódico informó que Estados Unidos “intensifica la presión” sobre el Partido Comunista de China y sobre “el sistema socialista de China” y aseveró que estos esfuerzos están “destinados al fracaso”.
El artículo sobre la presión y la injerencia de Estados Unidos se encuentra del lado de otro artículo dedicado a la nota sobre la aprobación de la nueva ley sobre la seguridad nacional en la región autónoma de Hong Kong.
El aliado más cercano
Corea del Norte desde hace años está desarrollando lazos más estrechos con su aliado tradicional, la República Popular China. Los medios de información norcoreanos y los altos funcionarios en Pyongyang no esconden sus simpatías hacia Pekín y a menudo expresan su apoyo y solidaridad con su vecino norte en asuntos de importancia primordial.
Los ejemplos más emblemáticos serían el apoyo de Pyongyang a Pekín en la guerra comercial con Estados Unidos y la posición de Washington sobre la región autónoma de Hong Kong. No es de sorprender que la RPDC tome el lado de China en lo que se refiere a los temas de importancia geopolítica: se ha podido observar la lealtad incuestionable de Pyongyang en el pasado.
Las autoridades norcoreanas encabezadas por el Líder Supremo, Kim Jong-un, continúan la misma política que perseguían el padre y el abuelo del dirigente actual, Kim Jong-il y Kim Il-sung, el fundador de la nación. Los líderes norcoreanos visitaron China en numerosas ocasiones.
El actual líder de la nación, Kim Jong-un, se reunió con el presidente chino, Xi Jinping, en cinco ocasiones en el período entre 2018 y 2019.
Corea del Norte trata de mantener las relaciones amistosas con China al más alto nivel posible. La historia de los vínculos bilaterales se remonta a una época distante, años en los que la joven nación norcoreana apenas había nacido. La República Popular China participó de manera no oficial en la guerra de Corea —entre 1950 y 1953— y de hecho salvaguardó Corea del Norte de la desaparición.
Entonces, las fuerzas de la ONU, lideradas por EEUU, casi establecieron el control completo sobre el territorio de la península coreana y solo el envío de las tropas chinas cambió el rumbo de la guerra. En otras palabras, China en el pasado salvó a Corea del Norte de la desaparición bajo el yugo de EEUU. Incluso en los tiempos de la ruptura sinosoviética Pyongyang mantuvo buenas relaciones con ambos gigantes socialistas.
Naciones hermanas
Al analizar las recientes declaraciones es importante escuchar a quién las hace. Ji Jae-ryong es un diplomático experimentado y representa a su país en el territorio de su principal aliado. Si un diplomático de este rango hace cualquier tipo de declaración, no cabe duda que sus palabras representan el punto de vista oficial del liderazgo norcoreano.
En su entrevista, Ji habló sobre la necesidad de “reclamar la victoria definitiva” para sus sistemas. Este es otro punto que une a los dos países: ambos se consideran Estados socialistas. Sin embargo, hay ciertas diferencias: el sistema político norcoreano se basa en la ideología juche, que fue creada por el fundador del Estado norcoreano, Kim Il-sung, y tiene mucho que ver con los valores socialistas.
Sin embargo, la idea juche ya tiene poco que ver con el comunismo: de hecho, las menciones a esta ideología fueron borradas de la Constitución de la RPDC en 2009. China sí hace mención al comunismo en su Carta Magna, pero en realidad Pekín está dirigido por su propia interpretación del socialismo.
Por lo tanto, los sistemas de China y Corea del Norte tienen mucho en común, pero no son lo mismo. La similitud entre los sistemas y las ideologías de los dos países los acerca uno a otro y explica por qué tienen vínculos tan estrechos hasta tal punto que están dispuestos a luchar juntos contra el capitalismo y el imperialismo de EEUU.
La retórica que usó Ji aparece en un contexto de empeoramiento en las relaciones entre Pyongyang y Seúl. Como consecuencia, todos los logros alcanzados en las cumbres entre los líderes del norte, el sur y EEUU resultaron ser en vano.
En el momento en el que la escalada de tensiones parece inevitable, Corea del Norte vuelve a recurrir a la retórica belicosa con tal de disuadir a sus adversarios de acciones agresivas en su contra.
Corea del Norte expresa su solidaridad con China porque no solo es su principal socio económico, sino también porque es su único aliado en los ámbitos político y militar. En Pyongyang entienden que, si algo malo pasa con China, Corea del Norte hará frente a una crisis sin precedentes que teóricamente puede poner en peligro su existencia.