Descanse en paz Mateo Parr, activista en contra de eventos perjudiciales al entorno y promotor de un desarrollo social equilibrado en Los Cabos

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Leticia Hernández Vera

San José del Cabo.- El empresario y activista pro defensa de la historia, recursos naturales e identidad cabeña, Mateo Parr—Matthew W. Parr Bennet dejó un gran legado, su cariño por esta tierra y por la preservación de las áreas naturales; siempre activo y participando en la elaboración del Plan de Desarrollo Urbano, en su defensa por las especies reservadas para la pesca deportiva, por la conservación de las dunas,  en su rechazo tajante al trazo carretero y en su búsqueda constante de la recuperación del Faro de Cabo San Lucas, también fundó varias organizaciones ambientales y sociales.

Desde el enfoque del periodista Héctor Narro, su amigo en varias de estas luchas por un mejor Los Cabos,  la muerte de Mateo Parr representa una gran pérdida para la comunidad de Cabo San Lucas pero para Los Cabos en general.

Compartió Héctor Narro con Tribuna de Los Cabos y CPS Noticias, que Mateo Parr, proviene de una familia que se les considera los pioneros turísticos en Los Cabos.

Como activista, estuvo siempre de lado de la conservación, muy cercano y constante en la guerra del marlín; primero, para decretar las especies de pesca deportiva, que es el dorado, picudos, pez gallo, y paralelo a eso, también con el decreto de que se eliminaran las artes de pesca depredatorias, como las agalleras y palangres; también estuvo muy activo en contra del espigón para muelles de cruceros a principios de los noventas que se pretendía hacer en la bahía de Cabo San Lucas y que representaba un serio riesgo y peligro para el cañón de Cabo San Lucas.

También participó en la defensa del andador del Médano que fue una donación que hizo la familia Parr y la familia Sandoval; ese andador que ahora ocupa un hotel que es Casa Dorada.

Posteriormente estuvo en la modificación al trazo carretero por la playa Cabo del Sol, Santa María, El Chileno y después más fuerte con el trazo carretero en el año  2015, una polémica muy fuerte que se pudo detener.

Nunca dejó de apoyar la lucha en contra de la minería, la lucha en la defensa de las playas y garantizar su disfrute a todo el público; siempre muy apegado a la ley el  empresario turístico y defendía sus derechos, nunca dejó de lado la legalidad en cuanto a los derechos de los demás.

Recuerda Narro que Mateo estuvo muy presente y dio su apoyo moral con la defensa del estero, caminos vecinales en Cabo del Este, defensa de los humedales, en la defensa del Faro de Cabo San Lucas.

Se le considera un luchador en la defensa del patrimonio natural, tenía la misma idea de muchos: todos somos parte de la naturaleza y cuestionó que se hiciera  uso de ella para beneficio de unos pocos, esa era su visión.

También tenía una aplicación muy firme en cuanto al respeto a los demás y a la legalidad.

Entre los años 92-93 promovió el primer reglamento de la Bahía  de Cabo San Lucas.

Participó en la discusión y análisis del PDU, fundador de la asociación Los Cabos Coast  Kepper que promocionaron la Ley de Costas para todo el país, documento que sigue archivado  en el Senado desde el 2011 y que protege las costas y las dunas.

Siempre procurando el menor daño al entorno y también desde la visión del empresario, generando dinero, pero no descuidaba empleados, familias, el entorno y comunidad que le rodeaba. Ese era Mateo Parr.

Autor del libro “Un Sueño Cabeño”,  si bien es nativo del vecino país del Norte, llegó a BCS en la década de los 50 del siglo pasado, siendo un niño. Su padre “Bud Parr”, como era conocido, junto con Abelardo Rodríguez iniciaron con futurista visión, el primer complejo turístico de BCS en Las Cruces, Cabo del Este. Pasó su niñez y parte de su adolescencia en los 60 y 70, en CSL, en el hotel Cabo San Lucas, conocido como “El Chileno”, por ser colindante con la playa del mismo nombre.

Posteriormente y tras ser instruido por un tutor privado, se trasladó para completar sus estudios en la Universidad de California (UCLA) en economía, para posteriormente retornar a su tierra, no de propiedad, sino de arraigo; para, junto con sus hermanos, administrar los hoteles de la familia.

 

Pese a disfrutar de una vida económicamente holgada, tanto él como su familia participaron en actividades para beneficio de la comunidad, incluso siendo activistas en contra de eventos perjudiciales al entorno y en pro del desarrollo social equilibrado.