Doña María hospitalizada, don Raúl y ella requieren apoyo para pago del hospital

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Cabo San Lucas.- El área de camas está más fría que nunca, pocos pacientes albergan en el Hospital General, solo dos mujeres, y en la cama once se encuentra doña María del Refugio Rojas López.
Cubierta con un cobertor, el gorro tejido cubre la cabeza de doña María; de su lado izquierdo el plato intacto del desayuno, a sus pies, en la mesita de servicio la comida que aún seguía sin abrir.
Arribaba con paso lento don Raúl su esposo, había ido a su casita de la colonia Tierra y Libertad por una almohada, pues dice que junto a ella ha pasado estas noches del año que inició.
Don Raúl dice que se duerme así sin cobija, pero que no le hace falta pues sólo quiere estar pendiente de su esposa; se le preguntó a doña Mary si quería probar su comida, sólo agrega que “no tiene hambre”.
Los abuelitos ya han sido visitados por la presidenta de la asociación Sabiduría y Dirección, Alicia Ocampo; don Raúl está preocupado porque no sabe cómo va a pagar los gastos de la hospitalización de su esposa.
Don Raúl Vázquez Ramos dice, “mi esposa se cayó, teníamos un perrito, se le enredó en el pie y la tumbó, la casa es de tierra, se le fue haciendo un hoyito en la “pompi” donde se lastimó, le daba comezón y se rascaba, se enojaba, le decía que se controlara, no se dejaba ni que yo le pusiera el vestido, se enojaba”.
Afligido don Raúl agrega, “no se deja cambiar, nada, ya aquí la cambian las enfermeras, está hospitalizada desde el día primero porque comenzó a tener “temperatura”, se me puso mal; la traje al Hospital General’’.
“A mí me corrieron de trabajar, me despidieron de una obra con un contratista de Monterrey, tengo setenta años, me quitaron el seguro, ya no tengo nada, por eso es que la traje aquí’’.
Hace una pausa y don Raúl comenta, “como un año que no tengo seguro, me dieron poquito, como quince mil pesos, porque desde que empezó la compañía como tres años trabajé, ahí era pintor, me encargaba de las fachadas, adentro, todos los cuartos, yo era de confianza, me dejaron, después me sacaron, por la edad ya no me quisieron.
Dice con mucha tristeza, “ya no me quieren dar trabajo, me dicen que ya no sirvo para trabajar, pero todavía pinto, no tengo miedo, me echo fachaditas, donde me den trabajo yo me pongo hacerlo, todavía puedo, no sé porqué no quieren darme trabajo sí todavía tengo fuerzas”.
“Vivimos en Tierra y Libertad en un terreno que un hijo me dejó, que se fue al Norte con su familia, tenemos tres hijos, uno vive en Cangrejos, está rentando, otro está en rehabilitación se había descompuesto por drogas.
“Mary tiene sesenta y nueve años, no quiere comer, nada más comió anoche unas tres cucharadas de manzana, le están poniendo suero’’.
Su voz se entrecorta, para continuar, “la casa es de ‘bajareque’, de lámina de zinc y paredes de madera, pero nos fue muy mal ahora que llovió, se metió el agua, me tumbó todo, de repente pasó un arroyo, ‘arrebasó’ la casa, la cama andaba nadando, me llegaba el agua a las rodillas, tuve que hacer un hoyo, destapé el canal para que saliera el agua’’.
Don Raúl agradece, “la atención en el hospital ha sido buena, la están limpiando, ella tiene una infección muy avanzada en la herida, comenzó con una llaga que fue ‘caminando’, los doctores dicen que ella lo agarró después de que se cayó, la están checando, tiene azúcar y sufre de la presión”.
Don Raúl y doña María son originarios de Acapulco, tienen veinte años viviendo en Los Cabos, y sostiene el abuelito, “el terreno es legal, mi chamaco lo agarró, lo compró y se fue pal Norte, está en Carolina del Norte”.
Pero asegura don Raúl, “todavía me voy a pintar en cualquier casa que me dicen, me dan dinero, pero ahorita no puedo, doña Mary desde el día primero se puso muy mala, temperatura, nos trajo un amigo, un muchacho me dio el raite porque se puso muy mal”.
“No tengo teléfono, se me descompuso, se mojó, no tengo nada, pero me pueden localizar en el hospital, aquí no salgo, aquí la cuido toda la noche, ha tenido noches que no podía dormir, hasta que la inyectaron”.
“Me dicen los doctores que ella va a tener que estar por dos semanas para que la estén checando, así que ojalá alguien pudiera ayudarnos para pagar el gasto del hospital, porque no tenemos de donde’’.

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