EE.UU. amenaza con sanciones a México que afectaría vuelos y alianza Delta‑Aeroméxico

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La administración Trump intensificó este sábado la presión sobre México por las decisiones unilaterales tomadas en 2022 y 2023 que, según Estados Unidos, violan el acuerdo bilateral de aviación.

El secretario de Transporte de EE.UU., Sean Duffy, emitió una severa advertencia: de no corregirse estas acciones, el Departamento de Transporte (DOT) podría rechazar las solicitudes de rutas de aerolíneas mexicanas hacia EE.UU., además de someter a las autoridades mexicanas a nuevas condiciones onerosas.

El núcleo del conflicto radica en dos decisiones clave del gobierno mexicano: primero, la cancelación en 2022 de franjas horarias (“slots”) de rutas operadas por aerolíneas estadounidenses en el Aeropuerto Internacional Benito Juárez (MEX), y segundo, la reubicación forzada en 2023 de los operadores estadounidenses de carga a otra terminal.

México justificó estas medidas alegando congestión y la necesidad de construcción, pero hasta ahora no se han realizado proyectos que justifiquen tales restricciones.

Duffy argumentó que estas maniobras han roto “su promesa, perturbado el mercado y dejado a empresas estadounidenses con millones de dólares en costos adicionales”.

En respuesta, el DOT impuso tres medidas drásticas de inmediato: exigir a las aerolíneas mexicanas presentar sus horarios de operación en EE.UU. por anticipado, solicitar la aprobación previa para vuelos chárter de gran capacidad, y proponer la retirada de la inmunidad antimonopolio del acuerdo entre Delta y Aeroméxico.

La revocación de esta inmunidad afectaría la coordinación entre ambas aerolíneas en materia de precios, capacidad compartida y distribución de ingresos, aunque Delta podría conservar su participación accionaria y continuar operando rutas existentes.

La compañía ya ha advertido que la medida podría “perjudicar gravemente a consumidores, empleos y la competitividad transfronteriza”.

Duffy añadió que la falta de avances en la prometida expansión del MEX —que aun no se materializa tres años después— ha agravado la situación y da margen para una intervención rigurosa por parte de EE.UU.

Agregó también que, en caso de no cumplirse, Estados Unidos podría hasta bloquear operaciones de aerolíneas mexicanas en su territorio.

La disputa tiene implicaciones significativas: México es el destino internacional más demandado por aerolíneas estadounidenses, y Delta‑Aeroméxico operan más de 90 vuelos diarios entre ambos países.

Una ruptura en su alianza impactaría directamente a millones de pasajeros y tendría un efecto cascada sobre la dinámica del mercado aéreo.

Esta ofensiva del DOT no es aislada: bajo la llamada Ley de Prácticas Justas de Transporte Aéreo Internacional (IATFCPA), EE.UU. ha endurecido su postura contra países y aerolíneas que consideran vulneran normativas internacionales de competencia.

Ya se había señalado en enero de 2024 la posibilidad de rescindir privilegios a Delta‑Aeroméxico, decisión que hoy cobra fuerza y podría materializarse en los próximos meses.

Para el gobierno mexicano y sus aerolíneas, el plazo para rectificar se vuelve corto.

La exigencia de presentar horarios antes del 29 de julio y la solicitud de permisos previos para vuelos chárter marcan una firme intervención administrativa.

La postura estadounidense exige transparencia, cumplimiento de compromisos y nivelación del campo de juego.

Si México decide no rectificar, se abriría la posibilidad real de represalias: cancelación de rutas, multas multimillonarias o la ruptura parcial de la alianza Delta‑Aeroméxico.

La disputa revela tensiones en la relación bilateral, con tensiones unilaterales del gobierno estadounidense que amenazan el flujo diario de vuelos y la conectividad de millones de pasajeros que dependen de una relación aérea fluida.

Estados Unidos ha puesto cartas sobre la mesa: exige un compromiso de México para restablecer slots, devolver competitividad al mercado y respetar estándares internacionales en asignación de franjas horarias y movilidad aérea.

De no hacerlo, el impacto fiscal y funcional será profundo, y el tablero hemisférico del transporte internacional se moverá en su contra.

YM