Estados Unidos se prepara para pedir cancelación de vuelos ante la crisis del cierre gubernamental

Estados Unidos se encamina a una nueva turbulencia aérea: el gobierno federal solicitará a las aerolíneas que comiencen a cancelar vuelos a partir del próximo viernes debido a la falta de controladores aéreos, consecuencia directa del prolongado cierre gubernamental. Esta medida, confirmada por el secretario de Transporte, Sean Duffy, podría afectar al menos el 10 % de la capacidad operativa en 40 aeropuertos, incluidos los más transitados del país.
La situación surge en el día 36 del “shutdown”, el más extenso en la historia del país. La parálisis presupuestaria comenzó cuando el Congreso no pudo aprobar el financiamiento gubernamental para el nuevo año fiscal, lo que dejó a 1.4 millones de empleados federales sin recibir su salario. Aunque personal esencial como controladores aéreos continúa trabajando, lo hacen sin paga, generando fatiga, ausencias y un riesgo creciente para la operación aérea.
Sean Duffy explicó que el déficit de cerca de 2,000 controladores hace insostenible mantener el ritmo actual de vuelos. Según el funcionario, reducir el tráfico aéreo es indispensable para aliviar la presión sobre el sistema y preservar la seguridad. Cada día, la Administración Federal de Aviación (FAA) supervisa alrededor de 44,000 vuelos, una cifra que simplemente no puede sostenerse con el personal disminuido y sin incentivos financieros.
El presidente Donald Trump atribuyó la prolongación del cierre a la resistencia demócrata en el Congreso, calificándolos de “kamikazes” por negarse a negociar sin condiciones. Desde su perspectiva, la oposición está dispuesta a sacrificar la estabilidad nacional con tal de bloquear su agenda legislativa. Este cierre supera ya el récord registrado en 2019, también bajo su administración.
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Dentro del gobierno, la preocupación crece no solo por la operación aérea, sino también por el desgaste institucional. Bryan Bedford, director de la FAA, aseguró que el sistema “sigue siendo extremadamente seguro”, aunque reconoció que nunca en sus 35 años de carrera había visto una reducción tan drástica en la capacidad aeroportuaria. Si la situación se agrava, advirtió, podrían aplicarse nuevas restricciones.
La tensión política en el Congreso no muestra señales de resolverse. Los republicanos buscan apoyo demócrata para extender el financiamiento temporal hasta noviembre, mientras que los demócratas condicionan cualquier acuerdo a frenar reformas en salud impulsadas por la Casa Blanca. Trump, por su parte, ha exigido eliminar el filibusterismo en el Senado para aprobar leyes sin la barrera de los 60 votos.
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Este conflicto tiene repercusiones económicas y sociales inmediatas. Familias sin ingresos, aerolíneas reestructurando sus planes de vuelo y pasajeros enfrentando cancelaciones masivas son apenas el primer impacto visible de una crisis que combina parálisis política, desgaste institucional y afectaciones directas a la movilidad nacional.
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