Padres de familia apoyan eliminación de comida chatarra en escuelas de BCS

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La iniciativa para eliminar la comida chatarra de las escuelas mexicanas, impulsada por el gobierno federal, busca enfrentar los altos índices de obesidad infantil en el país. En estados como Baja California Sur, este problema es una preocupación prioritaria para autoridades y familias.
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El presidente de la Asociación de Padres de Familia de educación básica en Baja California Sur, Óscar Montaño, expresó su compromiso de vigilar personalmente el cumplimiento de esta medida, sin delegar completamente la responsabilidad a las autoridades educativas.
“De nada sirve que la autoridad ponga reglas y lineamientos sobre lo que se vende en las tiendas escolares si, como padres, no prestamos la atención requerida. Si el niño no compra comida chatarra en la escuela, pero sí al salir, en la banqueta o en la barda perimetral, debemos ser nosotros quienes vigilemos y asumamos ese papel”, afirmó Montaño.
Mencionó su inquietud por los hábitos alimenticios en los centros educativos, recordando que Baja California Sur se encuentra entre los primeros lugares nacionales en obesidad infantil. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2022, el 47.4% de la población de la entidad presenta obesidad. Por ello, insistió en la necesidad de complementar las medidas institucionales con acciones dentro del hogar.
“No podemos dejar toda la responsabilidad a la escuela o a los docentes. En Baja California Sur enfrentamos un problema grave de obesidad infantil, lo que nos preocupa porque esta condición deriva en complicaciones y enfermedades”, señaló.
Montaño recordó que esta no es la primera vez que se imponen restricciones a la venta de alimentos poco saludables en las escuelas. Sin embargo, esfuerzos anteriores no se sostuvieron en el tiempo debido a la falta de seguimiento y a la ausencia de un enfoque integral.
La Asociación de Padres considera que el éxito de esta nueva iniciativa dependerá de la colaboración entre autoridades, concesionarios, docentes y familias, estableciendo un sistema de vigilancia permanente en el que los propios padres asuman un rol activo en la supervisión.
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