Embates a la democracia se agudizan

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Columna Convicciones de Jorge Villanueva
  • Sociedad civil debe involucrarse por la estabilidad y el desarrollo del país.
  • En estos momentos previos al proceso electoral del 2024, como país nos estamos jugando el futuro de nuestro México a mediano y largo plazo.
  • Tenemos como sociedad civil que involucrarnos por el bien de un futuro con estabilidad, desarrollo y crecimiento.

No cabe duda que vivimos tiempos difíciles en México, desde que se estableció el mecanismo de comunicación del Primer Ejecutivo del país en lo que se le ha denominado “La mañanera”.

Los embates que sufren la vida democrática del país, y los organismos libres e independientes que fueron forjando los mexicanos, por lo menos en los últimos tres decenios, cada día se agudizan vislumbrando el periodo electoral del 2024, como la tormenta perfecta.

En estos momentos el INAI, que nada más y nada menos, el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales, es el organismo constitucional autónomo garante del cumplimiento de dos derechos fundamentales: el acceso a la información pública y el de protección de datos personales.

Lograr este instituto ha sido producto de luchas sociales, nunca fue una concesión que el gobierno le otorgara a la sociedad. El INAI no nació con la encomienda de perseguir la corrupción, ni es la pantalla para engañar bobos que es uno de los insultos menores a los que se refiere el presidente en las mañaneras.

Es un órgano autónomo del Estado mexicano para garantizar que ese derecho fuera respetado y no existieran quebrantos para este instituto legalmente constituido en nuestra Carta máxima. Es el derecho que la ciudadanía tiene a saber de las acciones del gobierno, no como una dádiva informativa, es un derecho constitucional.

Sin embargo, para los gobiernos autoritarios resulta de comodidad extrema no rendirle cuentas a la sociedad de sus actuaciones, y menos cuando estas violan abiertamente nuestra Constitución Política.

Reiteradas veces hemos mencionado que el Congreso de la Unión ha dejado de cumplir su función, para convertirse en la ventanilla de trámite del primer ejecutivo.

En el histórico nacional, la semana del 25 al 26 de abril quedará grabada como las 24 horas del avasalle parlamentario. Los diputados desaparecieron: el Insabi, la Financiera Rural y el Conacyt. Le otorgaron el manejo del Tren Maya al Ejército por tiempo indefinido, crearon la Aerolínea del Bienestar que también estará en manos de las fuerzas armadas, y un gran etcétera.

Todo esto llegó al absurdo la noche del 28 de abril en el Senado, donde sin los Senadores de oposición y haciendo cuentas alegres con el quórum establecido por la Ley, llevaron a cabo su sesión nocturna. Y a una velocidad extrema aprobaron 20 reformas.

La Suprema Corte de la Nación ha sido muy clara en sus definiciones y, el incumplir en la vida parlamentaria las formalidades requeridas se considera como una violación a los derechos de los legisladores, a desempeñar su cargo público en tanto que se les impide participar en su actividad parlamentaria como lo establece la ley.

Los tiempos y las formas ya están definidas y son dictadas desde Palacio Nacional, mediante la consigna de no cambiar ni una coma. En estos momentos previos al proceso electoral del 2024, como país nos estamos jugando el futuro de nuestro México a mediano y largo plazo. Tenemos como sociedad civil que involucrarnos por el bien de un futuro con estabilidad, desarrollo y crecimiento.

imagen INAI

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