Enfermero alemán sentenciado a cadena perpetua por matar a 85 pacientes

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Foto: HAUKE-CHRISTIAN DITTRICH / POOL / AFP

Berlín, 6 Jun (Notimex).- Un tribunal alemán sentenció hoy a cadena perpetua a un enfermero por el asesinato de 85 pacientes en dos hospitales del norte del país, por lo que se convierte en uno de los peores asesinos en serie en la historia reciente de Alemania.

Durante el proceso, iniciado el pasado 30 de octubre en la Audiencia Provincial de Oldenburg (centro de Alemania), el enfermero Niels Högel confesó haber administrado dosis letales de medicación a los pacientes a su cargo en los hospitales de Oldemburgo y Delmenhorst entre 1999 y 2005.

El juez Sebastian Buehrmann describió como “incomprensible” la serie de asesinatos de Högel, quien ya está cumpliendo desde 2015 cadena perpetua por dos asesinatos, de acuerdo con la emisora alemana Deutsche Welle.

En el último día de su juicio, Högel pidió a las familias de sus víctimas que lo perdonarán por sus “actos horribles”. “Me gustaría disculparme sinceramente por todo lo que le hice a lo largo de los años”, dijo.

Högel, de 42 años, fue acusado por la fiscalía alemana de suministrar medicamentos a 100 pacientes, el más joven de ellos de 34 años y el mayor 96 años, para desencadenar fallos cardíacos o un colapso circulatorio.

La defensa del enfermero asumía para su cliente 55 casos de asesinato, 14 de intento de asesinato y para otros 31 había pedido la absolución, mientras la fiscalía, por el contrario, hablaba de 97 asesinatos y sólo en tres casos consideraba que las pruebas eran insuficientes, pero al final fue hallado culpable de 85.

Los asesinatos de Högel, considerado el mayor asesino en serie de la historia criminal alemana desde la Segunda Guerra Mundial, salieron a relucir en verano de 2005, cuando una compañera de trabajo lo sorprendió en momentos en que envenenaba a un paciente.

A raíz de ese hecho, las autoridades abrieron investigaciones contra él, en el curso de las cuales se revelaron otras muertes en circunstancias sospechosas que derivaron en un juicio, donde confesó que entre 2003 y 2005 había inyectado dosis de diversos medicamentos a unos 90 pacientes.

Luego de ser condenado a cadena perpetua, la fiscalía alemana decidió proseguir las investigaciones de otros presuntos asesinatos, hasta abrirse una nueva acusación formal por hasta 106 asesinatos, de los cuales se probaron un centenar.

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