Familia jalisciense viaja cada año a La Paz para vender artesanías religiosas
Desde hace más de 40 años Rosalba y su esposo se dedican a la fabricación y a la venta de artesanías religiosas. El negocio lo heredaron de su suegro, y en un futuro serán sus hijos quienes tomen las riendas.
Si bien su base la tienen en Guadalajara, Jalisco, en el marco del Día de la Virgen de Guadalupe viajan a otros estados. Hace 17 años comenzaron a vender sus productos en el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, en La Paz.
“Somos una familia. Ahorita mis hijos están en Ciudad Juárez, otro está trabajando en Zamora y nosotros aquí estamos. Vendemos cuadros, vendemos rosarios, traemos el rosario grande, que es la tradición se puede decir. El que no lleva un rosario es porque no vino a ver a la Virgen”, resaltó la señora Rosalba.
Alberto es uno de los empleados del negocio. Tiene 21 años elaborando artesanías y asegura haber encontrado su vocación.
“Me gusta hacer las cosas con amor para poder llevar el pan a la familia. Ya sale para la comida de los hijos y de los nietos porque son principalmente ahorita los que están con uno y yo siento mucha emoción al fabricar esto: cuando hago los rosarios, cuando hago la pulserita de la Virgen de Guadalupe y la de San Judas y todo eso. Es lo que siento, yo siento mucha emoción”, expresó.
Pese a que las restricciones sanitarias por la pandemia del Covid-19 afectaron las ventas, Alberto decidió seguir trabajando junto a quienes, dijo, se han convertido en su familia.
“Nos afectó mucho, pues duramos dos años sin salir. Pasamos dos años completos sin andar vendiendo, nada más en la casa; y pues así nos la vivíamos: aquí y allá para poder sobrevivir a la pandemia que, gracias a Dios, todo salió ya mejor”, mencionó.
Este año, gracias a la gran afluencia de personas al Santuario, lograron recuperar sus ventas. y esperan regresar a Guadalajara con todos los artículos vendidos.