Familias celebran el Día del Autismo en La Paz

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Niños celebrando el Día del Autismo en el Jardín Velasco.

Como cada 2 de abril, este domingo se celebró el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo. En la ciudad de La Paz, las familias de niños con trastorno del espectro autista (TEA) se dieron cita en el Jardín Velasco para compartir sus experiencias y sensibilizar a la sociedad sobre esta condición.

Marcela Revillaga, una de las organizadoras y madre de un niño de cuatro años con autismo, expresó que uno de los retos de los cuidadores son los diagnósticos tardíos. Según dijo, muchos de los padres deben acudir con diversos médicos y especialistas antes de obtener un diagnóstico certero, y suelen enfrentarse a la falta de empatía de los profesionales de la salud.

“Te dan un diagnóstico y te lo dan muy bruscamente, sin consideración. Te dicen ‘Tu hijo tiene autismo. Eso no se cura porque no es una enfermedad’. Y, como toda la sociedad, no sabemos qué es. Entonces, como padre, imagínate te enfrentas a ¿qué voy a hacer ahora?, ¿qué es el autismo para empezar?”, refirió.

El caso de Eduardo Ruiz fue similar. Su hijo obtuvo un diagnóstico hasta que cumplió los seis años de edad. El padre reconoció que la falta de información provocó que no sospecharan que su hijo tenía un trastorno del espectro autista.

“Ya presentaba ciertos síntomas que, voy a serte honesto, por desconocimiento de uno no sabíamos que eran síntomas del TEA. Entonces uno pensaba que era un niño un tanto malcriado, un niño un poco terco, pero ya después de que pasó lo de la pandemia pudimos hacer lo que es el diagnóstico psicológico, con el neurólogo,  pediatra. En este caso se determinó que sí, estamos dentro del TEA nivel 1”, relató.

Nayeli, otra de las asistentes, y madre de una niña de seis años, narró que para su familia el proceso de diagnóstico también fue largo. La confirmación de los médicos no la tomó por sorpresa debido a que ella ya conocía del tema y había investigado por su cuenta.

“El diagnóstico se lo dieron a los cuatro años, pero para eso fue una larga caminata. Yo entendí desde muy pequeña, desde antes del año, yo notaba ciertos rasgos y ciertas características diferentes. Entonces la empecé a llevar a terapias, a doctores. Entonces sí tardamos como unos dos años para que le dieran un diagnóstico”, apuntó.

Algunos de los síntomas de los niños con TEA son no responder a su nombre, no hacer contacto visual, realizar movimientos y actividades repetitivas y tener intereses obsesivos.

Andrea Villarreal