¡Un calorón! Más de 4 horas sin aires acondicionados con casi 40 personas dentro de las oficinas del SAT

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Oficinas del SAT en La Paz.

Realizar trámites ya suele ser tedioso por sí mismo, pero enfrentarlos sin servicio de climatización y bajo altas temperaturas puede complicar aún más la situación. Esto ocurrió durante la mañana de este lunes 7 de agosto en el municipio de La Paz, específicamente en las oficinas del Servicio de Administración Tributaria (SAT).

Donde más de 40 contribuyentes y trabajadores se vieron obligados a permanecer en medio de una ola de calor que elevó la sensación térmica por encima de los 40 grados y lo hicieron durante más de cuatro horas, todo ello sin el alivio de un sistema de aire acondicionado en las instalaciones.

Aunque se supone que el sistemas de refrigeración debería estar funcionando correctamente, se menciona que los apagones eléctricos que han afectado diversas zonas de la capital del estado, podrían estar relacionados con las fallas en el mismo.

Las altas temperaturas han sido protagonistas en La Paz durante los últimos días, llevando a cuestionarse cómo habrán enfrentado la situación cerca de 40 personas dentro de las oficinas. Al respecto, los ciudadanos afectados compartieron sus experiencias a este medio periodístico, donde algunos manifestaron salir del lugar deshidratados.

“No hay aire, hay un solo abanico que abastece todas las oficinas”, comentó un ciudadano anónimo.

Incluso, un empleado que optó por mantener su nombre en privado, compartió que debido a la sofocación y la alta temperatura del lugar, la gente llegó a estar de mal humor.

“Pero el aire está funcionando, no sé si tenga algún problema. Tal vez no esté funcionando al 100, pero sí está trabajando. Desde que entré se sintió calorcito. Pues alguien ahí, pues se veía ahí, que movían los abanicos y todo”, comentó alguien más.

Con la esperanza de una pronta solución, tanto contribuyentes como trabajadores aguardan continuar con sus actividades y trámites pendientes sin la incomodidad de lidiar con temperaturas extremas.

 

 

Sofía Apodaca