Hospiten nos cuenta sobre las cataratas: ¿Cuántos tipos existen?
Las cataratas son una enfermedad ocular que se manifiesta porque el cristalino pierde transparencia y gana opacidad, dificultando la visión, apagando los colores e interrumpiendo acciones cotidianas como la lectura o la conducción.
Si tienes más de 60 años, es muy probable que padezcas cataratas vinculadas a la edad. Sin embargo, no deberías destacar otros orígenes pues existe más de un desencadenante de esa dolencia.
Tipos de cataratas existentes según su origen
Cataratas seniles
Las cataratas seniles son aquellas que aparecen por el envejecimiento natural, habitualmente a partir de los 65 años. El cristalino va ganando opacidad por el transcurso del tiempo porque se adhieren pequeñas partículas.
Es imposible predecir su aparición o evitarla, aunque los hábitos saludables pueden retrasarla. La pérdida de visión por este tipo de catarata se produce de forma paulatina. Es progresivo y distendido en el tiempo, no genera una ceguera agresiva e inmediata.
Si existen antecedentes familiares de cataratas, se incrementan tus posibilidades de padecer cataratas seniles por tu carga genética.
Cataratas metabólicas
Este tipo de cataratas se desarrolla a partir de una enfermedad metabólica que influye en la salud ocular. Una de las enfermedades más habituales en la aparición de las cataratas metabólicas es la diabetes mellitus. Uno de los síntomas de esta enfermedad es que produce opacidades con formas de puntos en ambos puntos.
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Cataratas congénitas
Las cataratas congénitas son aquellas que se presentan desde el nacimiento. Quienes las padecen en vez de nacer con un cristalino sano se encuentran con uno opaco, que no permite la entrada de luz y por tanto dificulta la visión.
Aunque no existe una causa definida para la aparición de este tipo de cataratas y las probabilidades de padecerlas es realmente bajas, se ha determinado que pueden estar vinculadas a enfermedades como la rubéola congénita, la trisomía 13, la trisomía 21, las cataratas congénitas hereditarias o el síndrome de displasia ectodérmica entre otras.
Cataratas traumáticas
Este tipo de cataratas aparecen vinculadas a un fuerte traumatismo en el ojo. En ocasiones el impacto del trauma es tan elevado que puede haber dañado otras estructuras oculares. Tras un golpe fuerte es importante que mantengas una actitud vigilante por si se produce una pérdida de agudeza visual.
La aparición de las cataratas traumáticas no suele ser inmediata, puede llevar un periodo de tiempo hasta que aparezcan los síntomas.
Las cataratas traumáticas con peor pronóstico son aquellas en las que se ha dado una herida punzante o el globo ocular se ha visto afectado. En estos diagnósticos la intervención satisfactoria con cirugía se complica.
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