Infonavit responde al periódico Reforma en relación a sueldos de funcionarios

La disputa por los salarios en el Infonavit trasciende la simple cuestión administrativa: se ha convertido en un símbolo del pulso político entre las promesas de austeridad y las exigencias de rendición de cuentas.
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La polémica en torno a los sueldos de los funcionarios del Infonavit revela un nuevo episodio en la narrativa sobre la austeridad en el gobierno de Claudia Sheinbaum.

La reciente publicación del periódico Reforma sobre los salarios de los altos mandos del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) desató una respuesta inmediata del organismo, que acusó al medio de “buscar confundir a la opinión pública”.

La controversia pone bajo la lupa el equilibrio entre la transparencia y las políticas de austeridad promovidas por el actual gobierno, que asegura haber reducido de manera significativa las percepciones de sus funcionarios respecto a las administraciones anteriores.

Durante los gobiernos del PRI y el PAN, los salarios en el Infonavit alcanzaban cifras que, según datos oficiales, hoy serían consideradas desproporcionadas. Con la llegada de Andrés Manuel López Obrador, se implementó un ajuste en el tabulador de sueldos, alineando los ingresos con la política de austeridad republicana.

Esa tendencia, aseguran las autoridades, continúa durante la gestión de Claudia Sheinbaum, quien ordenó homologar los salarios con los de la administración federal y eliminar bonos y compensaciones adicionales.

Actualmente, el director general del Infonavit percibe un salario bruto de 185,825 pesos mensuales, que tras impuestos queda en 120,000 pesos netos, lo que contrasta con la cifra registrada durante los gobiernos del PRI y PAN, que percibía un sueldo arriba de los 281 mil pesos.

El instituto destaca que la eliminación de bonos, pagos por asistencia al Consejo de Administración y gratificaciones especiales ha permitido “mantener todos los sueldos por debajo del nivel de un subsecretario”, en línea con los principios de austeridad y equidad salarial.

La disputa por los salarios en el Infonavit trasciende la simple cuestión administrativa: se ha convertido en un símbolo del pulso político entre las promesas de austeridad y las exigencias de rendición de cuentas. En un país donde la desigualdad salarial sigue siendo uno de los temas más sensibles, el desafío no solo es recortar gastos, sino convencer a la ciudadanía de que la austeridad también se traduce en resultados tangibles.

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