El fracaso de la investigación sobre un gobierno espía
En junio de 2019, ante la fiscalía especial para la atención de delitos cometidos contra la libertad de expresión, un testigo identificado con la clave Zeus declaró que había enviado una serie de correos al portal de la periodista Carmen Aristegui para advertirle que era víctima “del mal uso de los sistemas de inteligencia”.
Relató que en octubre de 2015, el dueño de la empresa en la que trabajaba, ubicada en Ejército Nacional 598, le había ordenado enviar al Cisen una información que se hallaba encriptada dentro de una USB.
Zeus dijo que al descomprimir el archivo le dio click, “sin intención”, a un archivo Excel que contenía los nombres de “periodistas, empresarios y ciudadanos conocidos”. Entre esos nombres, dijo Zeus, figuraba el de Aristegui. Había “audios, videos, imágenes, textos”. “Al parecer –agregó Zeus–, la información provenía de un spyware denominado Pegasus”.
En su denuncia, el testigo señaló a un compañero de trabajo, Juan Carlos “N”, como la única persona que recolectaba esa información y “ostentaba una tough book de uso militar, que contenía el programa”.
Según Zeus, Juan Carlos le había mostrado el programa a mediados de abril de 2015, y le había confiado que, a través de la intervención de número telefónicos, iba a convertirse en consentido de Uri Emmanuel “N”, el dueño de Coordinador de Imagen y Servicio Estratégico (una empresa hermana, agregó, de Proyectos y Diseños VME).
Zeus dijo que desde el año 2013 se desempeñaba como gerente de logística y que había renunciado en abril de 2016 “toda vez que me quisieron bajar el sueldo”. Relató que durante ese tiempo inició su contacto con Juan Carlos “N”, quien le comentó que Pegasus “era para búsqueda de terroristas o narcotraficantes”.
Zeus declaró también que vio a García Rivero hacer pruebas de infección con Pegasus y “que los objetivos intervenidos eran instruidos directamente por el titular de la Secretaría de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, por Enrique Peña Nieto, titular de la presidencia de la República, y por el titular del Cisen, Eugenio Imaz Gispert, mismo que me consta por haber visto cuando hacían la solicitud a Uri Emmanuel ‘N’ a través de vía telefónica”.
Según Zeus, se referían a Peña como “Patrón” y a Osorio como “jefe”, “ya que ellos eran los únicos que pedían las intromisiones, no había alguien con más rango para solicitarlas”.
Agregó Zeus que Uri Emmanuel “N” le daba directamente a Juan Carlos “N” las órdenes de intervención y que parte de la información era entregada “en la casa de Eugenio (Imaz) en Las Lomas”. Dijo también que se había enterado de todo esto porque sabe hebreo.
Aristegui había dado a conocer en marzo de 2014 el polémico reportaje sobre la Casa Blanca de Peña Nieto. Siete meses más tarde, el 29 de octubre, la PGR adquirió el sistema Pegasus por 32 millones de dólares.
Recién llegada a México dicha herramienta, el 20 de noviembre, comenzaron los intentos de infección del teléfono de la periodista. A lo largo del año siguiente, 2015, se realizaron 22 intentos más. Hasta el 28 de julio de 2016, con intención de que diera click a las ligas que le enviaban, Aristegui recibió mensajes de este tipo:
“Carmen hace 5 días que no aparece mi hija te agradeceré mucho que compartas su foto, estamos desesperados…”.
“Hola, buen martes. Oye qué pedo con el puto de López Dóriga? Mira lo que escribió sobre ti hoy, urge desmentirlo”.
En agosto de 2016, cuando Zeus ya no trabajaba al servicio de Uri Emmanuel “N”, se firmó un contrato para que la empresa de este, Proyectos y Diseños VME, actualizara el programa. La vigencia del contrato entre la PGR y dicha empresa terminó el 31 de diciembre de ese año.
Aristegui denunció la intervención de sus comunicaciones en junio de 2017. Citizen Lab, de la Universidad de Toronto, recibió físicamente el teléfono de la periodista y apoyó “firmemente la hipótesis de que una entidad del gobierno mexicano” era responsable de los ataques. El Grupo NSO, que había vendido el sistema, declaró en enero de 2018 que este se vendía “exclusivamente a agencias gubernamentales autorizadas”.
El sistema se había operado desde su llegada a México en las oficinas de la PGR en Reforma: los intentos de infección ocurrieron cuando se hallaba al frente de la dependencia Arely Gómez (2015-2016). El asesor jurídico de Aristegui sostuvo que la única que pudo cometer el hecho fue la Agencia de Investigación Criminal (en manos entonces de Tomás Zerón).
Tras el sismo de 2017 el equipo fue llevado a las instalaciones de la Unidad de Investigaciones Cibernéticas y Operaciones Tecnológicas, UICOT. En julio de 2018, en seguimiento a la denuncia de Aristegui, la PGR realizó la primera de cuatro visitas a la UICOT para analizar el servidor de Pegasus, extraer su información, registrar la trazabilidad del equipo en el que se operaba el programa y asegurar la laptop desde la que este era manejado.
Fueron cateadas también las oficinas de Ejército Nacional 598. Según el dictamen, “no se encontraron dispositivos de comunicación ni equipos de cómputo con las características especificadas en la orden de cateo”. La tough book de uso militar con la que Juan Carlos “N” supuestamente operaba el programa tampoco apareció por ningún lado.
Al ser interrogado sobre las funciones que Juan Carlos “N” realizaba en la empresa, Zeus respondió que brindaba soporte técnico.
Con ese dicho, Juan Carlos “N” fue detenido en noviembre de 2021. Hoy está a punto de cumplir dos años en prisión preventiva. En ninguna de las 30 mil páginas de la carpeta, en ninguno de los 21 tomos de la carpeta, existe algo que lo acuse, según su defensa, salvo las declaraciones del testigo Zeus, quien dice que le consta que Peña Nieto giró directamente órdenes de intervención telefónica.
Citizen Lab ha demostrado que la infección a los teléfonos de Aristegui y otros personajes; sin embargo, ocurrió. Casi una década después, el único detenido es el encargado de soporte técnico de una empresa, quien niega estar involucrado con los hechos.
Sus abogados creen que los jueces lo mantienen en prisión para no detonar otro escándalo mediático. El fracaso de la investigación sobre un gobierno espía.