Kendrick Lamar y el Halftime Show más visto de la historia

Cortesía
Con 133.5 millones de espectadores, su presentación no solo se convirtió en la más vista de la historia, superando el récord que Michael Jackson estableció en 1993, sino que su impacto ha trascendido el espectáculo deportivo para convertirse en un fenómeno cultural.
Entérate: Robbie Williams desmiente participación en show de medio tiempo del Super Bowl
Desde el 9 de febrero de 2025, el show de Lamar ha dominado las tendencias en TikTok, Twitter e Instagram, donde miles de usuarios siguen analizando cada detalle, compartiendo teorías y recreando momentos icónicos.
La puesta en escena, la narrativa y los mensajes ocultos han hecho que su actuación sea comparada con una película cargada de simbolismo y crítica social.
Pero, ¿qué hizo tan especial esta presentación?
Más allá de los números récord, Kendrick Lamar convirtió su show en una declaración política y cultural, utilizando símbolos históricos, referencias visuales y mensajes ocultos que reflejan las tensiones y problemáticas actuales en Estados Unidos.
Uno de los aspectos más innovadores del show fue que el escenario completo se convirtió en un control remoto de videojuego, un detalle que muchos espectadores en casa no pudieron apreciar del todo, pero que para quienes estaban en el estadio fue una experiencia inmersiva.
El espectáculo comenzó con la metáfora de que el Super Bowl es el “Gran Juego Americano”, una referencia tanto al deporte como a la forma en que la sociedad y la política han convertido la vida en un sistema de niveles y desafíos donde no todos juegan con las mismas reglas.
A lo largo de la presentación, se encendían diferentes botones en el escenario, como si fueran comandos de un control de videojuego, lo que muchos interpretaron como una clave oculta dentro del show.
Estos botones se iluminaban estratégicamente en diferentes momentos de la actuación, sugiriendo que cada etapa de la presentación era una fase dentro de un juego mayor.
En la pantalla gigante que simulaba el escenario, aparecieron frases como “Stage 1”, indicando que la actuación estaba estructurada por niveles, como si fuera un videojuego.
Posteriormente, cuando Lamar comenzó a cantar ciertas letras incómodas, en la pantalla apareció un mensaje de advertencia: “Warning, Wrong Way”, como si el propio juego le estuviera diciendo que no siguiera por ese camino, haciendo alusión a la censura y a los intentos de control sobre su discurso.
El punto culminante de esta narrativa ocurrió cuando en las pantallas del estadio, que cubrían a todo el público, comenzaron a aparecer frases como “The Game is Over”, dependiendo de la fase del show.
Esto reforzó la idea de que el espectáculo estaba diseñado como una simulación, donde Lamar no solo era el protagonista, sino el jugador que intentaba hackear el sistema del “Gran Juego Americano”.
El cierre de la presentación no pudo ser más simbólico.
Lamar terminó su actuación con una canción titulada “Turn the TV Off”, que fue interpretada como un mensaje directo a la audiencia:
“Apaguen la televisión, cuestionen la realidad que les muestran, despierten del juego”.
Cada elemento en la presentación de Lamar fue cuidadosamente diseñado para transmitir un mensaje.
No solo fue un espectáculo visualmente impactante, sino que cada escena representó una crítica a la política, la historia y la sociedad actual.
Uno de los momentos más impactantes fue la aparición de Samuel L. Jackson, interpretando una versión moderna del Tío Sam, el personaje que históricamente ha representado al gobierno de Estados Unidos.
Pero esta no era la imagen clásica del Tío Sam con su dedo apuntando para reclutar soldados.
En el contexto del show, Jackson encarnó una figura opresora, manipuladora y condescendiente, que intentaba decirle a Kendrick cómo debía comportarse en el escenario y qué mensajes podía transmitir.
Este detalle simboliza la censura y el control que la industria del entretenimiento y la política han ejercido sobre los artistas afroamericanos a lo largo de la historia.
Es un guiño a cómo el sistema ha intentado moldear sus voces para hacerlas más “aceptables” para el público masivo, sofocando su autenticidad y sus denuncias sociales.
Uno de los detalles que más llamó la atención entre los espectadores más atentos fue el uso de la frase “A Minor” y la cadena que Lamar llevaba con una “a” minúscula colgando.
En la música, A Minor (La Menor) es una tonalidad, pero en este contexto se cree que es una referencia directa a Drake, cuyo nombre real es Aubrey Graham.
La “A” minúscula podría representar una versión disminuida o menos poderosa de Drake, reforzando la idea de que Lamar lo considera un oponente menor en la industria del hip-hop.
Este pequeño detalle visual se convirtió en uno de los puntos más discutidos en redes sociales, con fanáticos y analistas interpretándolo como un sutil pero contundente golpe en la rivalidad entre ambos raperos.
Otro de los momentos más comentados fue la aparición sorpresa de Serena Williams, una de las atletas más importantes de la historia.
Sin embargo, lo que realmente llamó la atención fue que, al aparecer en el escenario, realizó el “Crip Walk”, un baile con raíces en la cultura de las pandillas de Los Ángeles.
Pero el mensaje iba más allá. Serena Williams fue pareja de Drake, y su presencia en el show de Kendrick Lamar, en el que interpretó “Not Like Us”, un tema con indirectas contra el rapero canadiense, fue vista por muchos como una indirecta más en la rivalidad entre Lamar y Drake.
El Halftime Show de Kendrick Lamar no fue un simple espectáculo musical.
Fue una declaración política, una obra cinematográfica y un punto de inflexión en la historia del Super Bowl.
Con un despliegue visual y narrativo meticuloso, Lamar logró convertir el escenario más grande del mundo en una plataforma de resistencia, memoria y crítica social.
A medida que los días pasan, el impacto de su presentación sigue creciendo.
Los debates en redes sociales no cesan, los análisis continúan, y su legado se afianza con cada reproducción del show.
Lamar no solo entregó uno de los espectáculos más memorables en la historia del Super Bowl, sino que dejó una pregunta que resuena en la industria y en la audiencia:
¿Este es el nuevo estándar del Halftime Show? ¿O simplemente vimos algo que jamás podrá ser superado?
EU