La sombra detrás del asesinato de Gisela Gaytán

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En Tercera Persona

En la agenda de Bertha Gisela Gaytán, candidata de Morena a la alcaldía de Celaya, Guanajuato, no estaba contemplada una visita a la comunidad de San Miguel Octopan, el sitio donde la mataron.

Según fuentes del gobierno estatal, Gaytán recibió en su oficina en dos ocasiones a un líder de esa comunidad, quien le insistió en que la visitara.

La agenda de la candidata se preparaba con dos días de antelación. Sin embargo, de acuerdo con las fuentes consultadas, el pasado 1º de abril, después de recorrer el mercado Morelos y dar una rueda de prensa a la una de la tarde, Gaytán, por insistencia del candidato a primer regidor Adrián Guerrero Caracheo, tomó la decisión repentina de acudir a la comunidad.

Las versiones recabadas hasta el momento, a dos semanas del asesinato, indican que, cuando vino el ataque, Guerrero Caracheo ya no se encontraba en el lugar. Se dirigió directamente a su domicilio. Cuando las autoridades lo buscaron por teléfono en ese sitio, tomó la llamada pensando que se trataba de un guardia de seguridad del fraccionamiento en el que habita, y ordenó que dijeran que había salido.

Menos de una hora después se trasladó a la ciudad de San Miguel de Allende y se refugió en una oficina del ministerio público federal.

Mientras tanto, el senador morenista Ricardo Sheffield hizo correr la versión de que el candidato había muerto durante el atentado.

El gobernador panista de Guanajuato, Diego Sinhué Rodríguez, le informó más tarde a la secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde, que no había reporte de la supuesta muerte de Guerrero: “No lo tenemos ni entre los heridos, ni mucho menos fallecido. No está en nuestros hospitales, no tenemos ningún registro”.

Gente de Morena en Guanajuato informó que el candidato estaba vivo y a salvo, y que no quería salir a declarar “por seguridad”. Informaron que se hallaba “resguardado”.

En la “mañanera”, sin embargo, la titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana federal lo dio por muerto. Por su parte, el presidente López Obrador se lanzó en contra de Sinhué Rodríguez: dijo que en Guanajuato impera “un contubernio, como que hay un grupo que manda y tiene más el poder que el propio gobernador… Como que el gobernador gobierna, pero no manda”, dijo.

Cuatro horas más tarde la propia Secretaría de Seguridad tuvo que emitir un comunicado para desmentir a su titular e informar que el candidato a regidor se hallaba en calidad de “no localizado y no de fallecido, como se reportó esta mañana”.

Como se sabe, varias horas después, Guerrero Caracheo pasó de “no localizado” a “vivo”.

El contraataque de Sinhué Rodríguez no se hizo esperar. Dijo que en el caso del presidente la situación es “al revés”: que López Obrador “manda pero no gobierna, porque el país está hecho un desastre”.

El gobernador reveló que una de las líneas de investigación son los conflictos internos de Morena en Guanajuato y reveló que la misma noche del asesinato los militantes de ese partido “estaban diciendo opciones de candidatura: realmente no había un luto, ni digamos un verdadero dolor por este fallecimiento: yo los vi aprovechando, sacando una raja política… creo que este rostro que ha mostrado Morena es el más bajo de la política”.

Refirió incluso que la marcha en la que medio millar de morenistas marcharon para exigir justicia, terminó “en un mitin y con risas y porras para una candidata”.

Según autoridades estatales, el sistema de búsqueda conocido como Ibis, que detecta las marcas que las armas dejan en los casquillos, ha permitido confirmar que el atentado fue cometido por sicarios del Cártel de Santa Rosa de Lima: una de las armas accionadas fue utilizada, “al menos en una ocasión anterior”, en un evento que involucró al grupo de Santa Rosa de Lima.

Bertha Gisela Gaytán había solicitado protección al Instituto Electoral del Estado de Guanajuato, la cual aún no le había sido concedida porque, se alegó, el partido incumplió con determinados trámites. Gente de su círculo cercano ha referido que la candidata recibió amenazas. De hecho, la única escolta que la acompañaba aquel día había sido pagada por el senador Sheffield.

Gaytán había hecho referencia a que “la cuidaba el pueblo”. De acuerdo con su equipo, tenía en la bolsa a 90% del área rural de Celaya. Aquella tarde, caminaba por una comunidad totalmente inclinada a Morena. Con esa confianza, decidió realizar un mitin fuera de agenda en el kiosco central.

Es cierto que desde su postulación un amplio sector del morenismo se manifestó en contra de su candidatura, a la que se consideró “una imposición”. En un encuentro con la candidata a la gubernatura Alma Alcaraz, Gisela Gaytán fue abucheada. El mitin terminó a empujones.

Las pruebas balísticas comprueban que detrás de su asesinato está la mano negra del crimen organizado. Pero las autoridades estatales voltean a ver cada vez con mayor atención la figura de Guerrero Caracheo.
¿Guerra política o contubernio de grupos políticos con el crimen organizado?

La fiscalía estatal se ha mantenido hermética, aunque se afirma que ya tiene, con nombre y apellido, la identidad de uno de los involucrados.

 

AT

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