Liboria hace tortillas a mano y las vende sin descuidar a sus hijos

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Cabo San Lucas.– Terminaba de vender las tortillas hechas a mano, para Liboria era un día más de trabajo, pero contenta porque tenía el dinero que requiere para comprar alimentos para sus hijos.
“Casi toda la semana vendo, a veces los sábados baja la venta, pero los domingos poco es el movimiento; lo que pasa que ahora sí le pienso mucho, pues no puedo dejar a los niños solos “.
“Tengo cuatro chamacos y son tremendos, afuera tengo el fogón y ahí comienzo a coser las tortillas, hago de maíz y de harina, pero antes cuando no terminaba pues dejaba solos a los niños, pero con tanta cosa ahora no “.
“La verdad estamos preocupadas varias mamás, yo la verdad siempre los llevo y traigo a la escuela, procuro llegar antes, pero con lo de la venta a veces, algunas veces se me hacia tarde, pero no ¡no ahora! así no acabe voy por ellos “.
Para Liboria Martínez el estar al pendiente de sus hijos es una prioridad, dice que tal vez no tenga lujos ni nada, pero siempre están sus hijos primero que cualquier cosa. “Sí me queda algo de tortillas, pues se las doy a ellos; ya les hago frijolitos chinos y con su salcita, pero no me vuelve a pasar de que se me haga tarde“.
“Varias vecinas ya tenemos un grupo de whatsApp, cuando alguna se le atore algo pues la que pueda se trae a los niños, pero ya la verdad es de pensarse mucho en dejarlos solos”.
“Mi esposo trabaja en la obra, así que por su horario no le toca, me levanto a las cinco de la mañana a hacerle lonche, luego me sigo con los niños para hacerles de desayunar, los levanto seis y media para que se alisten para ir a la escuela; lo bueno que este año escolar ya les tocó en la mañana “.
Liboria agrega que vende las tortillas porque es un producto que hace en su casa, que se vende bien “Ya tengo mis entregas, hay mucha gente que les gustan las tortillas a mano, me voy hasta Lomas o Lagunitas que ya sé que son personas seguras y me pagan rápido”.
“Vivimos en la invasión de Caribe Bajo, a mi esposo le traspasaron un terreno y ya tenemos las cuatro paredes de material, nos falta el techo pero está de lámina, mientras vamos ahorrando para poder hacerlo “.
“Son muchos gastos con cuatro hijos, cuando no son unos zapatos para unos, a otros les falta y así nos la llevamos, pero doy gracias a Dios de que están sanos, que no les falta nada y son niños traviesos, pero eso sí estoy al pendiente de ellos “.
Apurando el paso, Liboria finaliza diciendo: “Somos los padres los que tenemos que cuidar a los hijos, que sepan que deben ser buenos ciudadanos, porque andar de malandrines no deja nada bueno”.