La licencia permanente en CDMX también sirve para conducir moto de manera recreativa no para repartidores

La inminente conclusión del periodo para tramitar la licencia permanente en la Ciudad de México ha desatado dudas entre miles de conductores, especialmente motociclistas. El debate no es menor: en una capital con crecimiento acelerado en el uso de motos, la regularización de documentos se volvió un punto central de seguridad vial y de cumplimiento normativo.
El punto de partida es claro: desde el 31 de julio de 2021 existe una licencia específica para motociclistas en la CDMX. La medida, impulsada por la Secretaría de Movilidad, respondió al incremento sostenido en la compra y uso de motocicletas, así como a la necesidad de reducir incidentes viales vinculados con este tipo de vehículos. La autoridad argumentó entonces que no solo se trataba de ordenar el tránsito, sino de crear políticas más precisas para usuarios con riesgos particulares en la vía pública.
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En este contexto surgió la duda de si la licencia permanente tradicional permite conducir motocicletas. La respuesta oficial es categórica: sí. Toda persona que cuente con una licencia permanente tipo A puede manejar tanto automóvil como motocicleta sin necesidad de tramitar otra licencia. Este documento, que dejó de expedirse hace años pero sigue vigente para quienes lo obtuvieron, mantiene su validez para ambos vehículos.
Sin embargo, el panorama cambia para quienes no cuentan con esa licencia permanente. La CDMX estableció dos tipos de documentos exclusivos para motociclistas: la licencia A1, diseñada únicamente para quienes manejan moto, y la licencia A2, que autoriza la conducción tanto de motocicletas como de automóviles. La diferenciación busca adecuarse al perfil del conductor y garantizar que cuente con capacitación acorde al vehículo que opera.
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El gobierno capitalino ha precisado que quienes tengan una licencia tipo A vigente —expedida antes de la creación de A1 y A2— pueden seguir circulando sin problema hasta que su documento expire. En el momento de renovación, deberán elegir la categoría correspondiente a sus necesidades, lo que forma parte de una transición gradual hacia un esquema más especializado.
A diferencia de la licencia permanente, las licencias A1 y A2 no tienen carácter vitalicio. Ambas cuentan con una vigencia de tres años y requieren renovaciones periódicas. Esta temporalidad forma parte de una estrategia para mantener actualizado el padrón vehicular y fomentar evaluaciones continuas sobre el manejo seguro, especialmente entre quienes conducen motocicletas.
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Respecto a los costos, la Semovi ya definió los precios de renovación para 2025: la licencia A1 tendrá un monto de 525 pesos, mientras que la A2 costará 1,049 pesos. La diferencia responde a los alcances de cada documento y a la integración de dos modalidades de conducción en el caso de la A2.
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