Mantener el control del INE, después el fraude

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Mantener el control del INE, después el fraude

Foto: Forbes México

La tecnocracia neoliberal se hizo del control del Estado, por principio, con un fraude electoral en 1988. Salinas de Gortari llegó al poder sin importar que las urnas dieron el triunfo a Cuauhtémoc Cárdenas. Se repetía la historia de nuestro país de fraudes electorales operados por el PRI, el partido de Estado. 

En América Latina existieron dictaduras militares que se hicieron cargo de las grandes reformas estructurales que necesitó el sistema neoliberal para imponer autoritariamente al mundo su modelo económico de despojo. En México, los tecnócratas se infiltraron en el PRI para desde ahí operar la transición económica, y que más tarde sería política.

Después de la extraña muerte de Maquío, el PAN avaló al salinato en el poder. La historia de repartos entre el PRI y el PAN se consolidó con la entrega de la gubernatura de Baja California Norte en 1989. La voluntad popular era lo de menos lo importante era el pacto entre la nueva cúpula. La concertacesión incluyó después la gubernatura de Guanajuato para el PAN en 1991. Paso siguiente el asesinato de Luis Donaldo Colosio en Lomas Taurinas impuso la nueva disciplina del régimen naciente.

Del otro lado de la moneda, todo aquello que amenazara el proyecto neoliberal no podía reconocérsele un triunfo electoral. Es así como se mantuvieron los fraudes a los líderes que no se alinearon al nuevo régimen, y no sólo eso. Basta recordar el éxodo por la democracia que encabezó Andrés Manuel López Obrador a finales de 1991 debido al fraude electoral que sufrió en Tabasco. El Partido de la Revolución Democrática denunció 662 asesinatos de sus militantes durante este periodo.

La amalgama producida entre el PRI y el PAN estableció como premisa la impunidad ante la corrupción y el despojo de las riquezas de la nación. La mal llamada “transición democrática” con la llegada de Vicente Fox selló la alianza. En un mundo en donde la caída de las dictaduras en América Latina, del muro de Berlín y la disolución de la Unión Soviética estaba convulsionando a las sociedades, la forma de partido de Estado era inadecuada. El PRI se volvió en un estorbo.

Es un mito aquello de que con Fox llegó la democracia a nuestro país. Operó descaradamente el descarrilamiento de la candidatura presidencial de Andrés Manuel López Obrador a través del desafuero, y después hizo las alianzas necesarias para que el IFE aceptará todas las irregularidades en la elección de 2006. La intensa campaña de guerra sucia a través de los medios de comunicación, la intervención del ejecutivo y la operación electoral con todo tipo de triquiñuelas.

En 2012, ante el desgaste producido por el PAN en el poder, el acuerdo con el PRI para mantener al sistema en pie sigo su curso. Hoy en día se empieza a saber que el dinero para la campaña electoral de Peña Nieto provino de la corrupción de empresas transnacionales para hacer efectiva la reforma energética. No hay que olvidar los sofisticados sistemas financieros utilizados como la dispersión de dinero a través de MONEX.

La actual composición del INE es un reparto de cuotas del régimen neoliberal. Hay que aclarar que el reconocimiento del triunfo de la cuarta transformación se debe a la gran movilización de una sociedad harta del cúmulo de corrupción e impunidad que el prianismo produjo. No haberlo hecho hubiera generado una convulsión social sin precedentes.

Recientemente se hicieron públicas las listas de los perfiles a sustituir cuatro consejeros generales del INE. Los conflictos de interés prevalecen. Se incluyeron a personajes que han sido omisos en fraudes electorales recientes como los producidos en el Estado de México. El sello de la elección de estos nuevos perfiles es su cercanía al actual Bloque Opositor Amplio.

Está claro, van primero por mantener el control dentro del INE, la institución que debería proteger la democracia para invertir su objetivo. Después, irán por los fraudes electorales, nada nuevo bajo el sol. La sociedad organizada tiene una tarea, hacer efectiva la democracia en México y acabar de una vez por todas con el pacto de impunidad, corrupción y despojo de los últimos años.

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