Max•Demi•San, el ilustrador paceño que publica cómics independientes
Desde hace cuatro años, Demian Sández, mejor conocido como Max•Demi•San, se dedica de lleno a la ilustración. El joven paceño se especializa en los dibujos con tinta china y, ante el escaso mercado laboral que existe en el estado para su profesión, ha tenido que autopublicar su obra, la cual consiste en fanzines y cómics.
En su caso, el confinamiento por la pandemia del Covid-19 le sirvió para aumentar su producción artística. Aunque los eventos para difundir su trabajo eran limitados, las redes sociales le permitieron dar a conocer los avances de su proyecto.
“Fue un antes y después porque la pandemia, el encierro, fue del 2020 más o menos. En el 2019 yo sí estaba dibujando, pero no todos los días, sino que decía ‘Ya me lo quiero tomar en serio’, pero dibujo esto, me tardo unos dos días y ya a ver cuándo hago el siguiente y en pandemia fue que realicé mi primer cómic largo, que es de 32 páginas”, indicó.
Actualmente, Max•Demi•San vende sus publicaciones en bazares y eventos independientes como convenciones de anime. Sin embargo, considera que faltan espacios dedicados específicamente a los ilustradores. En contraste, comentó que en sitios como Guadalajara o Ciudad de México sí se les da ese impulso a los artistas.
“En internet a cada rato veo que hacen festivales de fanzine o festivales de ilustradores. Aquí no tenemos nada de eso y tampoco hay tanto mercado. Subsistir de eso para mí está complicado; puedo costear mis propios gastos, pero, si dependiera de tener una renta, de tener que seguir pagando más impuestos y demás cosas, no creo que por ahora pudiera lograrlo. Salen rachas, o sea, hay momentos en los que sale un proyecto grande que me puede dar como para medio año, quizás, pero no siempre”, expresó.
Al ser un ilustrador independiente, las tiradas que maneja son de 20 ejemplares, con varias reimpresiones posteriores de acuerdo a la popularidad de la obra. En cuanto a los costos de producción, mencionó que estos se han disparado.
“Recuerdo que cuando hice este que fue el primerito, pude venderlos a 50 pesos porque los costos estaban muy baratos. Creo que me había costado como unos 20 pesos armarlo, es de 32 páginas, pero este, que fue el último, que tiene la misma cantidad de páginas, y que se imprimió en el mismo lugar, costó el doble”, señaló.
Por último, hizo un llamado a las autoridades como a la ciudadanía en general para que volteen a ver este tipo de proyectos y se generen oportunidades para que más artistas gráficos puedan exponer y comercializar sus obras.