Encierran y abandonan en un coche a niño de 3 años y muere por golpe de calor

El barrio de Birmingham, Alabama, se encuentra consternado después de confirmarse que un niño de tan solo tres años, identificado como Ke’Torrius “KJ” Starks Jr., falleció el martes 22 de julio de 2025, tras haber sido dejado dentro de un automóvil bajo el cuidado de una trabajadora contratada por el Departamento de Recursos Humanos del Estado (DHR).
El menor había sido retirado temporalmente de su familia debido a acusaciones de consumo de drogas y se encontraba en cuidado del DHR, que asignó a una empresa externa, Covenant Services Inc., para transportarlo.
Se había programado una visita supervisada con su padre, luego de la cual el trabajador no regresó al centro infantil como correspondía.
En su lugar, realizó actividades personales, que incluyeron hacer mandados, comprar alimentos y visitar una tabaquería, antes de regresar a su hogar sin el menor, quien quedó solo en el vehículo desde aproximadamente las 12:30 p.m. hasta las 5:30 p.m.
Esa jornada, la temperatura exterior escaló hasta 108 °F (≈ 42 °C), lo que pudo elevar el ambiente interior del auto hasta 150 °F, según expertos citados por el Equipo Legal de la familia.
El menor fue hallado sin vida cerca de las 6:03 p.m., cuando llegaron los primeros auxiliadores.
En un comunicado, el DHR confirmó que el trabajador involucrado fue rescindido de inmediato y que la entidad está cooperando con la investigación policial, aunque se declaró reservada sobre detalles debido a políticas de confidencialidad.
La familia —representada legalmente por Courtney French— calificó el suceso como su “peor pesadilla”, subrayando que “el mismo sistema que debía protegerlo fue el que lo expuso al peligro”.
En este momento se analizan acciones legales potenciales. Funeral del menor fue programado para el 2 de agosto.
El caso ha provocado indignación pública y llamadas a una investigación exhaustiva por parte de autoridades estatales y legisladores.
El representante Kenneth Paschal exigió un escrutinio riguroso y transparente de las prácticas del DHR y de los contratistas que manejan a menores en custodia estatal.
Por su parte, organizaciones como Kids and Car Safety enfatizan lo mortal que puede ser dejar a un niño en un vehículo cerrado: el cuerpo de un menor aumenta su temperatura corporal desde 3 hasta 5 veces más rápido que el de un adulto, lo que hace que sufrir un golpe de calor sea casi instantáneo bajo esas condiciones.
Este escenario representa el primer deceso por calor infantil ocurrido en Alabama en 2025 bajo custodia estatal, según los registros.
La atención se centra ahora en clarificar los protocolos de capacitación, supervisión y responsabilidad para evitar tragedias similares en el futuro.
Este trágico episodio desgarra no solo a la familia de KJ, sino también la confianza en un sistema diseñado para proteger a los más vulnerables.
Su muerte plantea preguntas urgentes sobre cómo el Estado supervisa a quienes transportan a niños y qué condiciones deben cumplirse para garantizar su seguridad absoluta.
YM