Mets remontan en la octava y sorprende a Filis en el Juego 1

FILADELFIA – Esto era lo que se esperaba de Zack Wheeler. En su casa, con los Filis, y enfrentando a su ex equipo, Wheeler tenía el control absoluto del partido.

Siete innings, un solo hit, 111 lanzamientos y una actuación que pintaba para ser memorable.

Los Filis, campeones del Este de la Liga Nacional, estaban haciendo valer su estatus, y los Mets, apenas colados a la postemporada, parecían en camino a la derrota.

Pero estos no son los mismos viejos Mets. No, estos Mets tienen una chispa especial, una habilidad casi mágica para dar vuelta a los juegos que ya parecían perdidos.

Y así lo hicieron de nuevo, por tercera vez en seis juegos, con una remontada fulminante en la octava entrada, anotando cinco carreras que les dieron una victoria impresionante de 6-2 en el Juego 1 de la Serie Divisional de la Liga Nacional.

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Mark Vientos fue el héroe al conectar el sencillo que empató el partido, seguido de Brandon Nimmo, que puso a los Mets al frente con un hit a la banda contraria contra Matt Strahm.

Esa ráfaga de hits convirtió lo que parecía una derrota segura en una victoria épica para Nueva York, que ahora lleva la delantera en la serie al mejor de cinco.

La estadística es clara: bajo el formato actual de la Serie Divisional de la Liga Nacional (SDLN), el 73% de los equipos que ganan el primer juego como visitantes terminan llevándose la serie.

El partido había sido promocionado como un duelo de lanzadores entre Wheeler y Kodai Senga, quien solo hacía su segunda apertura del año.

Y aunque Wheeler cumplió con las expectativas, Senga también demostró su valía, recuperándose de un jonrón temprano de Kyle Schwarber para lanzar dos sólidas entradas.

No fue el duelo esperado, pero lo que ocurrió después fue aún mejor: los Mets, con su resiliencia y capacidad para remontar, volvieron a hacer de las suyas.

En la octava entrada, todo comenzó con un sencillo del venezolano Francisco Álvarez.

A partir de ahí, los Mets desataron su magia.

Nueve bateadores llegaron al plato, cinco conectaron hits, y para cuando terminó la entrada, Nueva York había anotado cinco carreras.

Fue su segunda entrada de cinco o más rayitas en una semana, algo que no habían logrado en ninguna otra postemporada.

Y mientras los aficionados de los Filis se lamentaban por la salida de Wheeler, los Mets celebraban otra victoria conseguida con garra y corazón.

Esta es una escuadra que ha aprendido a pelear hasta el final, a no rendirse y a aprovechar cada oportunidad que se les presenta.

Si algo ha quedado claro es que estos Mets están decididos a desafiar todas las probabilidades y hacer historia en esta postemporada. (Con información de MLB.com)