Michoacán recibe ardiendo el 2024

Más de 65 homicidios en los primeros diez días del año, carreteras bloqueadas mediante la apertura de zanjas, municipios en los que ha huido la policía, enfrentamientos entre grupos criminales y contra las fuerzas de del orden: Michoacán, el estado gobernado por Alfredo Ramírez Bedolla, recibe ardiendo, y bajo el ruido ensordecedor de la metralla, el año 2024.

Solo en Morelia se han cometido 20 homicidios en lo que va de enero: la suma de atrocidades incluye cuerpos maniatados y víctimas que recibieron más de 30 impactos.

En Churumuco, policías municipales abandonaron sus cargos luego de que un elemento de la policía estatal fuera hallado sin vida, y con el rostro completamente destrozado, en un tramo de la carretera a Poturo.

El pasado 8 de enero se había llevado a cabo un operativo en ese municipio: el objetivo fue, presuntamente, la captura del jefe criminal más poderoso de la región: Miguel Ángel Gallegos Godoy, alias Migueladas, quien controla la extorsión, entre otras actividades delictivas, en La Huacana, Churumuco, Gabriel Zamora, Huetamo, Ario de Rosales, Turicato y Múgica.

Cientos de pobladores fueron movilizados para impedir el avance de los agentes y retuvieron a varios de estos. Practicaron incluso zanjas en la carretera para impedir el arribo de las autoridades.
El líder criminal logró escapar y la respuesta a la violencia es la misma: la llegada de más elementos de la Guardia Nacional y la Policía Estatal.

En Zamora, mientras tanto, una cabeza, bolsas con restos humanos y una narcomanta fueron abandonadas por el llamado Grupo Delta, un brazo operativo del Cártel Jalisco Nueva Generación —que se halla en disputa con Cárteles Unidos por el dominio de la frontera entre Michoacán y el estado de Jalisco.

Comuneros bloquearon, simultáneamente, tramos de las carreteras a Uruapan, Pátzcuaro y Paracho, para denunciar amenazas de desaparición forzada que han recibido algunos de los líderes del Consejo Supremo Indígena.

El 7 de enero, un grupo de sicarios enfrentó a la Guardia Nacional en San Pedro Bocaneo, municipio de Zinapécuaro. Según los reportes, los sicarios viajaban en camionetas que llevaban los logos de la Guardia Nacional. El saldo: un muerto y tres heridos.

Solo el lunes pasado se registraron 12 asesinatos más en el estado, ocho de los cuales fueron cometidos en Morelia, capital de la entidad. Ahí, en la avenida Óscar Chávez, cuatro personas fueron ejecutadas por presuntos integrantes del crimen organizado.

El mismo día, dos cuerpos más, maniatados y con huellas de tortura, fueron localizados en Cuitzeo.

Michoacán terminó el año 2023, segundo de la administración de Alfredo Ramírez Bedolla, con mil 771 homicidios, convertido en el estado más peligroso del país después de Guanajuato, el Estado de México y Baja California.

Agricultores de los sectores aguacatero y limonero han denunciado sin descanso las extorsiones a que son sometidos por integrantes de la delincuencia organizada. En medio de comunidades vacías y arrasadas, de inmuebles despojados por los criminales, de los retenes instalados por los diversos grupos delictivos a la entrada y salida de pueblos y ciudades, los pobladores viven en un estado de perpetua zozobra.

El gobierno de Ramírez Bedolla habla de una supuesta tendencia a la baja en los homicidios: no menciona los kilómetros de territorio que se encuentran bajo el control completo de los cárteles.

Más de 4,000 homicidios se han perpetrado en Michoacán en lo que va de la administración de Andrés Manuel López Obrador. La constante presencia de fuerzas federales no ha podido parar el avance criminal, ni brindar seguridad en carreteras. La supuesta estrategia del gobierno estatal no ha logrado poner fin, ni siquiera reducir el cáncer que corroe Michoacán: la extorsión a gran escala.

El tiempo se le acaba al gobierno y en la suma de sus errores, sus ocurrencias y sus fracasos, lo más probable es que el gobierno se acabe antes que la violencia que azota el estado —y que supuestamente se iba a terminar a los seis meses del cambio de administración. Por el contrario: el crimen organizado está en poder de Michoacán.