Piden justicia por marinero desaparecido hace 17 años en La Paz durante la tormenta “Enriette”

Mercedes Calderón pidió justicia por padre de sus hijos, quien por presunta negligencia laboral sufrió un accidente en altamar que provocó su desaparición hace 17 años, en medio de la tormenta “Enriette”
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Mercedes Calderón Espinoza

Desde hace 17 años Mercedes Calderón Espinoza ha pedido justicia para su esposo y padre de sus hijos, Ricardo Núñez Arce, quien desapareció en altamar cuando realizaba servicios turísticos en la isla Espíritu Santo.

En septiembre de 2007, el jefe de familia fue víctima de una tromba marina que impactó en la embarcación en la que navegaba con destino a tierra firme después de haber realizado labores de resguardo de navíos e insumos en la isla. Los efectos de la tormenta “Enriette”, que en ese momento azotaba las costas de Baja California Sur, hicieron que el bote donde viajaba el trabajador del mar fuera ilocalizable en las turbulentas aguas.

Mercedes narró cómo cambió su vida desde aquel momento en que ya no volvió a saber nada de su compañero de vida, y cómo fue que comenzó una batalla legal en contra el dueño de la empresa que tenía contratado a su marido, debido a que el mismo jefe abandonó al marinero en la isla a pesar de las condiciones adversas del clima en prevalecían en el área natural donde trabajaban.

“El sale a trabajar un 4 de septiembre, ese día estaba por caer un huracán, el me habla y me dice –¿sabes qué?, como me dejó Eduardo Maciel en la isla y nos queremos ir todos porque viene fuerte ese huracán estuve ayudando a unas personas para que me dieran raite, me voy a llevar una embarcación, son tres las que vamos de regreso- me dijo. Comenzó a llover fuerte y nunca llegó.”

Pasaron las horas y no se supo de Ricardo. Las llamadas a su celular mandaba a buzón y en el puerto donde supuestamente llegaría para preparar el regreso a su hogar jamás arribó. Diferencias maritales que tuvo la pareja horas antes del viaje marítimo hicieron suponer a Mercedes que tal vez Ricardo se habría refugiado de las inclemencias del tiempo en casa de su madre.

“Como habíamos tenido un problema pensé que se había quedado con su mamá, pero tampoco llegó a su casa. Al día siguiente voy a buscarlo con su mamá y había mucha gente ahí, fue entonces que me enteré de que había tenido un accidente ahí empezamos a buscarlo, toda su familia es de pescadores, pasaron muchos meses y nosotros buscando y pidiendo ayuda, echando mano de todo lo que teníamos, pero nada.”

A pesar de las labores de búsqueda y al apoyo aéreo, terrestre y marítimo de distintas instituciones de emergencias y grupos de pescadores y lancheros en los mares donde Ricardo desapareció, jamás pudo ser localizado. Pasaron las semanas y ni la tripulación ni la embarcación pudieron ser ubicadas en altamar.

Después de la pérdida de su esposo, Mereces perdió su empleo fijo, y se dedicó a evaluar alternativas para sacar adelante a sus dos hijos sin el apoyo de Ricardo. Decidió buscar al jefe de su marido para llegar a un acuerdo en relación con una posible pensión o apoyo económico para la familia del trabajador extraviado, pero la actitud del patrón de su esposo ya no era la misma de cuando el padre de familia estaba con ellos.

“Respecto al trabajo de él, su patrón jamás se acercó a mí, en una ocasión yo fui a buscarlo y me dijo que él no era su empleado y que no tenía nada para darme. Yo le dije, -Eduardo, si tu quedaste de hacer las cosas bien-porque eran muy amigos, y desde un principio me pidió que no lo demandara, que él me iba a dar hasta que dejaran de estudiar mis dos hijos, que cuando yo ocupara fuera con él.”

La negativa del jefe de su marido sorprendió a Mercedes, pues de por medio había años de amistad mutua. Ni la necesidad que tenían en ese momento los hijos de Ricardo hicieron cambiar de parecer a su patrón, quien se mostró renuente a cualquier petición por urgente que fuera.

“Entonces fui a hablar con él, le llevé los papeles del seguro, le mostré donde aparecía mi esposo asegurado por él y su empresa, y me volvió a decir que no era su empleado. Le expliqué que iba a meter la demanda y es fecha que hemos dado vueltas en juzgados, en instancias penales y aún no se ha resuelto nada. Hemos sospechado que en este asunto hay corrupción de por medio, esa misma corrupción que intenta que ellos se salgan con la suya y no darle el seguro de vida que por ley le correspondía a Ricardo.”

Fue así como Mercedes y sus dos hijos quedaron desamparados ante la repentina ausencia del proveedor de la familia, dando paso a una batalla jurídica que prevalece hasta hoy, en medio del dolor y desesperación de la madre de familia que tuvo que hacerse cargo de todas las situaciones que derivaron de la partida de su esposo.

El caso dio un giro donde abogados y especialistas en defensa de los derechos laborales de los trabajadores intervinieron para destrabar el tema surgido tras la negativa del patrón de la víctima de no aceptar responsabilidad ni mucho menos cobijar a los seres queridos tras lo ocurrido al prestador de servicio desaparecido en el mar.

GC

Imberth Rondero