En un paso hacia la justicia y la igualdad de género, el Congreso local de Nayarit ha aprobado por unanimidad una reforma al Código Penal estatal, estableciendo el transfeminicidio como un delito tipificado con una pena máxima de 60 años de cárcel. Esta decisión, que coloca a Nayarit como pionero en el reconocimiento legal del transfeminicidio, surge como resultado del arduo trabajo de organizaciones civiles y activistas que abogan por los derechos de las personas trans.

La reforma, que incluye la adición de la fracción XV al artículo 361 Bis, fue avalada el jueves por el Congreso local y ahora aguarda la publicación en el Periódico Oficial del Estado de Nayarit para su entrada en vigor.

Esta noticia no solo consolida a Nayarit como un bastión en la lucha contra la transfobia, sino que también posiciona al estado como un referente nacional en la protección de los derechos humanos de las personas trans. Entre los argumentos destacados para la aprobación de esta ley se encuentra la alarmante realidad de que México es uno de los países más peligrosos para las mujeres trans, registrando el segundo mayor índice de transfeminicidios a nivel mundial, con 48 casos reportados en el año 2022.

Alfredo Ramírez, coordinador en Nayarit de Casa de las Muñecas Tiresias, resaltó la importancia de esta ley como resultado del esfuerzo continuo y las recomendaciones de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos. Ramírez subrayó la necesidad de visibilizar la problemática que enfrenta la población trans y celebró este avance histórico que posiciona a Nayarit como líder en la lucha contra la transfobia.

“Con este avance, se espera que Nayarit inspire a otras entidades del país a seguir su ejemplo, promoviendo la tipificación del transfeminicidio en todo México y contribuyendo a un futuro más justo e inclusivo para todas las personas, independientemente de su identidad de género”, declaró Ramírez.

Foto: Cortesía

¿Cuál fue el origen de la iniciativa para elevar a delito el transfeminicidio?

Además, esta “victoria legislativa” trae consigo un nombre que no debe olvidarse: Paola Buenrostro. Esta joven trans, cuyo asesinato en 2016 conmocionó a la comunidad, ha sido el ícono de esta lucha por la justicia. Su amiga y activista incansable, Kenya Cuevas, junto con otras trabajadoras sexuales, presenció el crimen y desde entonces ha buscado incansablemente justicia para su amiga.

En honor a Paola Buenrostro y a todas las mujeres trans víctimas de la violencia, se ha creado el Mausoleo Tiresias en la alcaldía Iztapalapa, como un lugar de descanso y dignidad para las mujeres trans fallecidas. Es un recordatorio de que su memoria no será olvidada y que su lucha continúa.

La Fiscalía de la Ciudad de México emitió el año pasado una ficha de búsqueda para Arturo Felipe Delgadillo Olvera, un militar vinculado con el transfeminicidio de Paola, ofreciendo una recompensa de medio millón de pesos por información que conduzca a su detención.