Obispo rechaza legalización del aborto
En un comunicado emitido por el obispo, Miguel Ángel Alba Díaz y el presbiterio de La Paz, indican que la interrupción del embarazo, no es más que “un crimen a todas luces”, violentando con ello los derechos humanos de un ser indefenso que por consulta ciudadana y una disposición legislativa inhumana, pasó a ser una concesión del Estado y sociedad.
Explican que posterior a que el Congreso Local aprobó la interrupción legal del embarazo (ILE), llamándolo “avance progresista”, este hecho en verdad preocupa a la iglesia católica, debido a la indiferencia e indolencia con que fue recibida por gran parte de la ciudadanía.
En cuanto, a por qué la iglesia no había dado su postura a este caso, fue porque primero querían analizar la iniciativa presentada, así como los dictámenes de las diversas comisiones legislativas y la presentación del proyecto y su aprobación ante el pleno del Congreso.
Dejando en claro que no existe la interrupción del embarazo, pero sí el aborto y que consiste en la eliminación voluntaria de un ser viviente en estado de gestación, lo cual siempre será un crimen, por más comprensibles que sean las razones que induzcan al mismo.
Añaden que este hecho lo consideran un grave pecado y delito canónico y lo penalizan con la excomunión, aunque, un adelanto importante en favor, sobre todo, de la mujer, es que la absolución de la misma ya no está reservada al Obispo, sino que puede absolverla todo sacerdote, sin embargo, consideraron que esta acción debería ser castigada por un Tribunal.
Hacen el llamado a las autoridades a considerar y ponderar el alto costo a pagar por dichos supuestos “beneficios”, el sacrificio de una vida humana, inocente e indefensa, debido a que la víctima no puede defenderse, ni escapar, ni ocultarse de su injusto agresor.
Recalcan que el permitir la eliminación del embarazo, minimiza el aborto y hace insensible a las personas ante la pérdida violenta de vidas humanas y abre la puerta para que en el futuro, se comercie con material genético humano y el ser humano o sus restos se conviertan en una mercancía de compra y venta, convirtiendo el aborto en un negocio redondo.
El escrito concluye que autoridades y sociedad deben tener presentes, que el primer derecho humano preponderante es el de la vida, por lo que no es una concesión del estado o sociedad ni pueden ser sometidos a plebiscitos o consultas, sino que siempre y en todas partes deben ser reconocidos por ser inherentes a la naturaleza del ser humano.
El documento va firmado además del obispo Miguel Ángel Alba Díaz, por el obispo emérito de Huánuco, así como por Hugo Antonio Chavira y Gerardo García, moderador y secretario del Consejo Presbiteral, además de Dizán Enrique Aldaz.