Países del G20 llegan a la COP26 con acuerdo sobre el clima

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G20 en Roma, Italia

“Hemos tenido un G20 razonable, pero queda un enorme camino por recorrer”, reconoció el domingo el primer ministro británico Boris Johnson, anfitrión de la COP26 de Glasgow, adonde los 20 países más industrializados llegarán con unas ambiciones climáticas calificadas de insuficientes.

Responsables del 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero, las naciones del G20, entre las que se encuentran México, Brasil y Argentina, alcanzaron un tímido acuerdo al término el domingo de dos días de cumbre en Roma.

“Nos hemos situado en una posición razonable para la COP en Glasgow, pero va a ser muy difícil en los próximos días”, consideró Johnson en referencia a la cumbre climática calificada de “última y mejor oportunidad para cumplir el objetivo de (limitar a) +1,5ºC” el calentamiento global.

La cita, organizada cada año bajo la égida de la ONU, cobra más importancia en esta edición ya que en 2020 no puedo celebrarse debido a la pandemia y en 2019 se vio intempestivamente trasladada de Santiago de Chile a Madrid debido a las protestas que sacudieron al país latinoamericano.

Su agenda es tan compleja que las sesiones se abrieron este mismo domingo, sin esperar los grandes discursos que unos 130 mandatarios deben pronunciar entre lunes y martes, entre ellos el presidente estadounidense Joe Biden, en cuyo país reposa buena parte de un eventual éxito en Glasgow.

En Roma, el mandatario defendió los resultados “tangibles” del G20, en cuestiones como la pandemia, la economía y la lucha contra el cambio climático, afirmando haber demostrado “el poder de Estados Unidos cuando se compromete”.

Pero al inicio de la COP26, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) advirtió en un informe que los siete años entre 2015 y 2021 serán probablemente los más cálidos registrados hasta la fecha y advirtió que el clima entra en “territorio desconocido”.

Esperanzas “insatisfechas” pero “no enterradas”

Los dirigentes del G20 se comprometieron en Roma a limitar el calentamiento del planeta a 1,5ºC respecto a la era preindustrial y a reducir el uso del carbón, pero no lograron fijar una fecha precisa para la neutralidad carbono.

“Estamos orgullosos de estos resultados, pero debemos recordar que solo es el principio”, dijo el primer ministro italiano, Mario Draghi, para quien estos son “un paso más en una larga y difícil transición”.

La presión sobre la primera cumbre presencial del G20 desde 2019 fue fuerte. Desde el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, hasta el papa Francisco, los llamados a adoptar medidas ambiciosas se multiplicaron hasta el último minuto.

“Me marcho de Roma con mis esperanzas insatisfechas, pero al menos no están enterradas”, tuiteó Guterres.

Las 20 naciones más desarrolladas reafirmaron también el compromiso, hasta ahora incumplido, de movilizar 100.000 millones de dólares para los costes de adaptación al cambio climático en los países en desarrollo.

“Los efectos de esta transición pueden ser negativos para naciones en desarrollo si no se tiene en cuenta esta condición desigual” con los desarrollados, tuiteó el presidente argentino, Alberto Fernández, defendiendo además “acuerdos sostenibles en deuda externa”.

Pero para las oenegés todos estos esfuerzos son muy insuficiente. “Si el G20 fue un ensayo general para la COP26, los líderes mundiales se equivocaron”, consideró Jennifer Morgan, de Greenpeace.

“Todo son medias tintas en lugar de acciones concretas”, apuntó a la AFP Friederike Röder, de Global Citizen, en Roma.

Mientras tanto, en Glasgow, la plataforma ecologista AllRise se preparaba para proyectar en los muros de emblemáticos edificios de la ciudad imágenes denunciando la deforestación de la Amazonía bajo el presidente ultraderechista Jair Bolsonaro.

Los países prometieron también dejar de financiar la construcción de nuevas centrales térmicas de carbón en el extranjero, aunque sin precisar ninguna medida a nivel nacional, y abogaron por conseguir la neutralidad de carbono “a mediados de siglo o alrededor de esa fecha”.

Esta última referencia es mucho menos específica que el año 2050, defendido por la presidencia italiana. China, que emite más de una cuarta parte de gases de efecto invernadero, prevé lograrlo en 2060.

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