Tras el levantamiento de restricciones por la pandemia, adultos mayores retoman sus actividades

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Adultos mayores.

Juanita, con 74 años de edad, al igual que millones de adultos mayores en México y en todo el mundo, vivieron situaciones difíciles durante el confinamiento por la pandemia de Covid-19; muchos perdieron seres queridos y otros enfermaron.

Afuera de la clínica en el centro de San José del Cabo, la originaria de Cuernavaca, Morelos, México, comenta que su marido murió como consecuencia de la depresión en la que cayó tras haber obtenido la pensión por adultez, pero, el encierro de la pandemia lo llevó a la muerte.

“Cayó en depresión, y cayó y cayó, se quedó dormido, dormidito se quedó el nueve de noviembre. A los cuatro meses mi hijo, que era taxista, llevó a unos americanos a la prueba y eran infectados”.

La entrevistada comenta que a partir de esos momentos le orillaron a buscar ayuda profesional. Hoy, Juanita va al psicólogo para enfrentar esta etapa de su vida. Asegura que ahora se mueve más y se siente feliz, a pesar de todo. Dice convivir más con la gente. “Sí, sí. Mis amigas me van a ver. Tengo unas amigas que me van a ver siempre”.

Y, aunque asegura no estar encerrada todo el tiempo, concluye que, “ya no mucho”. Agrega que la gente le ha comentado que pasan por su casa y que ésta se encuentra cerrada.

“Sabe qué, sí, sí hay ratos que me desbalanceo, subo, bajo, me ve el psiquiatra en San Lucas y todo, pero no es lo mismo. He tratado de salir adelante, acercándome más a Dios, más y más. Me pongo a bordar, a tejer, hago gelatinas, hago flanes, arroz con leche, para ayudarme, pero me ayudan mis hijos para vender porque yo no puedo andar caminando”.

Entrevistado en otro lugar, José Amador, originario de Baja California Sur, con 71 años de edad, comenta, “la libramos bien, se me fueron muchos familiares y amigos, pero todo pasa por algo”. Asegura que él no estuvo en cuarentena porque la enfermedad no lo quiso.

“Dicen que a todo mundo le iba a dar, pero a nosotros no nos dio, la libramos bien, a la familia sí, se me fueron familiares, cuñados, amigos, se nos fueron muchos amigos, pero pues, ni modo”.

“Ya parece que se quitó. Sabíamos que nos íbamos a liberar de esta enfermedad, se suponía que así iba a ser, y así está siendo”.

Entrevistado en la comodidad de una banca de un hospital, José agrega que “tenemos que seguir con las medidas normales, la casa limpia, uno limpio, todo limpio, no queda de otra”.

Asegura que la buena alimentación es básica, aunque algunas veces no se pueda, “siempre habrá el taco de cada día”. Mientras vivamos hay que echarle ganas, ni modo, la vida es difícil, así es la vida.

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