Paralización económica provoca migración, cierre de negocios y condiciones precarias en Todos Santos

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Nota: Bismarck Moyrón

Decenas de pequeños negocios se encuentran en quiebra. Mientras los dueños y empleados, sobreviven o regresan a sus lugares de origen

La Paz.- Los habitantes del pueblo de Todos Santos se encuentran en un estado crítico ante la paralización económica que ha provocado la crisis sanitaria, debido a que es un pueblo que se mantiene casi de manera total del turismo.
Como consecuencia, muchos negocios han cerrado sus puertas, personas que se dedicaban al turismo, como masajistas, cocineros, camaristas, entre otros, se quedaron sin empleo y se encuentran ante una gran incertidumbre, mientras que otros al vivir en condiciones insostenibles por las altas rentas y nulos ingresos, tuvieron que migrar a sus lugares origen.
“Entre todos hicimos como una comunidad, y ahorita que pasó todo esto del Coronavirus fue que quedamos todos en ceros. Teníamos un ahorro, cuando yo recibí mi último sueldo, dijimos ‘con esto tenemos la oportunidad de sobrevivir un mes mas de renta o nos regresamos, y tomamos la opción de regresarnos pero hay gente que se quedó atrapada allá, que se está quedando sin ahorros, que en su casa les dicen que que no vayan a otro estado porque está fea la situación.“Y pues vas empezando, no tienes el suficiente ahorro para hacerle frente a una crisis así, entonces van de regreso pero no saben si van a regresar, no pueden buscar un trabajo a largo plazo, es como un limbo raro quienes teníamos una vida allá, nos movemos a otra ciudad y es empezar de cero sin saber hasta cuando”, compartió Mariana, una emprendedora quien residía en Todos Santos.
Durante la contingencia, un gran sector de la población norteamericana que reside de manera temporal en el pueblo, regresó a su lugar de origen, lo cual significó un gran golpe para la economía local, que depende de la derrama económica del turismo extranjero.
“Si, se vive al 100% del turismo ahí el comercio local es muy poquito, si hay como mucha gente extranjera que vive ahí, y en realidad los que hacen las compras y gastos grandes, y los comercios están pensados para un público estadounidense porque todo es carísimo”, explicó.
Conforme avanzó la contingencia, los restaurantes, quienes resultaron los más afectados, empezaron a cambiar sus menús, reduciendo sus platillos, cambiaron de mercado, bajaron el precio de sus productos, ofrecían sus productos en los lugares que aún continuaban abiertos, sin embargo, poco a poco empezaron a quebrar.
“En realidad ya no iba a haber a quien venderle, hicimos el plan A, plan B, plan C, y ya no había más, no había para donde hacernos y tuvimos que tomar la decisión de cerrar, porque los que yo noté que estaban aguantando eran los que llevaban hasta dos años en el negocio, pero los que apenas íbamos empezando, o empezaron con una inversión más pequeña, es insostenible”, confesó.
Esta situación económica tomó desprevenidos a decenas de personas, en su mayoría del interior de la República Mexicana, que tenían proyectos y una gran estabilidad económica, dándole un giro a sus vidas, cerrando sus negocios, compartiendo una renta o regresando a su lugar de origen.
“Si fue bien impresionante tener un ingreso constante, yo estaba ganando 18 mil pesos al mes, y de esos primero perdí un trabajo de redes sociales, luego uno en un hotel, y luego perdí el del restaurante, entonces, en menos de un mes, tus ingresos, bajan de 18 mil pesos a cero, y pues los gastos, y yo creo que a todos les pasó lo mismo, y ellos consiguieron un cuartito que no está ni arreglado ni nada, pudieron carpas en la parte de atrás del terreno, hicieron como un campamento y pues nada, ahí viven varios, se unieron para poder pagar una renta que de todas formas son como 2 mil pesos al mes”, concluyó.

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