Caída de remesas en México se profundiza: ingresos retroceden 5.1% y registran su peor nivel en diez años

La caída de remesas en México marca su descenso más drástico desde 2013, afectando a millones de hogares que dependen de este ingreso para su estabilidad económica
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El ingreso por remesas que recibe México acumula un descenso significativo: durante los primeros diez meses de 2025 ingresaron 51 mil 344 millones de dólares, lo que representa una caída interanual de 5.1%, la más pronunciada desde al menos 2013.

Tan solo en octubre, las remesas enviadas por mexicanos en el extranjero sumaron 5 mil 635 millones de dólares, lo que implica una disminución de 1.7% respecto al mismo mes en 2024, aunque con un ligero repunte mensual del 1%.

El golpe se extiende además al volumen de operaciones: en octubre se realizaron 13.9 millones de envíos, un descenso de 5.4 % respecto al mismo periodo del año anterior.

Pese a la caída global, la remesa promedio por operación mostró un repunte: en octubre alcanzó los 403 dólares, el nivel más alto del año, lo que amortigua parcialmente la baja en el total recibido.

¿A qué se debe la caída de remesas en México?

Según un análisis de mercado citado por el banco central, la contracción desde el extranjero obedece a factores estructurales, entre ellos el enfriamiento del mercado laboral en Estados Unidos, origen de más del 90% de las remesas, así como un endurecimiento de las políticas migratorias y la incertidumbre económica global.

Este retroceso marca el cierre más bajo para un periodo similar desde que el país registraba aumentos sostenidos, y pone en alerta a analistas y hogares que dependen de esos recursos para su sustento.

La caída prolongada en los montos y operaciones de remesas podría amplificar la fragilidad económica de miles de familias mexicanas, especialmente en zonas rurales o marginadas donde estos envíos representan una fuente vital de ingresos.

Además, la reducción general en los flujos externos limita la liquidez que muchas comunidades requieren para consumo, vivienda o educación.

Si bien el aumento en el promedio por envío alivia parcialmente la caída, ese alza no compensa la disminución en la cantidad de operaciones y el total acumulado.

Por ello, analistas advierten que la caída sostenida podría prolongarse hacia fin de año y contribuir a una menor actividad económica en regiones dependientes de remesas.

Con este panorama, el país enfrenta el reto de diversificar sus fuentes de ingresos externos y fortalecer políticas sociales de apoyo, a fin de reducir la vulnerabilidad de los hogares que históricamente han dependido del envío de dinero desde el extranjero.

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