Pescadores enfrentan crisis tras baja comercialización de sus productos

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Foto: Archivo

Pese a que la cuarentena en Baja California Sur no limita a los pescadores a continuar trabajando con normalidad, los productores locales se enfrentan a grandes retos como la baja demanda de sus productos debido a la suspensión de actividades turísticas y restricciones en las comerciales, además de su lejanía con las zonas urbanas que obstaculiza el acceso a productos esenciales, mencionó Alberto Guillén, quien es director operativo de Waterkeeper – Red de observadores ciudadanos.

Señaló que muchos de los pescadores se encuentran trabajando con normalidad en los diferentes parajes de la zona de la Isla Espíritu Santo, sin embargo, durante la cuarentena sus ventas se han reducido notablemente y tienen dificultades para subsistir,

“dijeron que todos los pescadores que tuvieran sus permisos y que se dedicaban a la pesca comercial podían seguir realizando sus actividades; el problema al que se están enfrentado es a que muchos de sus compradores sí cerraron total o parcialmente sus actividades”.

Señaló que en otros casos, los pescadores dependen de un intermediario quien recibe el producto de los pescadores que, en la mayoría de los casos es el dueño del equipo que utilizan estos para salir a pescar, e incluso financian las artes de pesca, por lo tanto, existe una gran dependencia por parte de los pescadores hacia estos intermediarios, ya que los pescadores no cuentan con recursos propios para poder continuar trabajando.

Estos intermediarios han disminuido la recepción de producto de los pescadores debido a que, con motivo de la contingencia, los pobladores de diversas localidades de BCS cerraron algunas vías de transportación, los mercados están vendiendo menos, y una gran cantidad de pescaderías cerraron, lo cual ha disminuyó la comercialización de estos productos y dejó a los pescadores sin el ingreso que regularmente recibían, señaló.

Los pescadores que no cuentan con un ahorro para poder sobrellevar la cuarentena y además están alejados de las zonas urbanas, se encuentran en una mayor vulnerabilidad al no percibir ingresos significativos, como es el caso de 6 familias que se encuentran en el campo pesquero Palma Sola en la Isla San José, quienes pescan para comer, pero no tienen acceso a más víveres para complementar su alimentación y obtener agua, ya que

“se encuentran a una hora de San Evaristo donde pueden abastecerse, pero para llegar allá requieren navegar una hora, lo que implica 40 o 60 litros de gasolina, y tienen que navegar otra hora para conseguir agua purificada; a ellos se les complica muchísimo y la están pasando mal”, añadió.

Finalmente señaló que la solución a esta problemática es el apoyo alimentario y económico directo a las comunidades pesqueras que han tenido que parar, o bien, comprar de manera directa a aquellas que aún continúan comerciando sus productos, “sería genial que se creara una red de consumidores locales para que la gente le comprara directamente a los pescadores, yo creo que la gente estaría contenta de poder contactar a los pescadores a través de una venta segura”.

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