El petróleo apunta a otra semana a la baja pese al bloqueo a Venezuela y las tensiones globales

Los precios del petróleo cerraron la semana con pérdidas y se encaminaron a su segundo descenso semanal consecutivo, presionados por la expectativa de un exceso de oferta global y por señales de menor riesgo geopolítico
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El mercado petrolero cerraba la semana bajo presión, con los precios encaminándose a su segunda caída semanal consecutiva, reflejo de un entorno dominado por la percepción de abundancia de crudo a nivel global. Ni el bloqueo a petroleros venezolanos ni los focos geopolíticos activos lograron sostener las cotizaciones frente a un escenario de oferta holgada y expectativas de menor riesgo en Europa del Este.

La jornada del viernes confirmó esa tendencia descendente, con el Brent retrocediendo a 59.65 dólares por barril y el West Texas Intermediate ubicándose en 55.84 dólares. Ambos referentes acumulaban pérdidas semanales de 2.4% y 2.8%, respectivamente, una señal clara de que el mercado está descontando un balance menos ajustado entre oferta y demanda.

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El principal factor detrás de esta presión es la expectativa de un exceso de oferta mundial para el próximo año. Analistas coinciden en que el incremento del bombeo por parte de la OPEP+, junto con mayores volúmenes provenientes de Estados Unidos y otros productores fuera del cartel, está generando un colchón suficiente para absorber disrupciones regionales sin provocar alzas sostenidas.

Esta lectura se refuerza con la percepción de que el mercado ya se encuentra bien abastecido. Para diversos estrategas, la estabilidad de los precios en niveles relativamente bajos confirma que existe crudo suficiente en circulación como para neutralizar interrupciones puntuales, incluso aquellas derivadas de sanciones o conflictos diplomáticos.

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En ese contexto, el endurecimiento del discurso de Washington hacia Venezuela ha tenido un impacto limitado. La incertidumbre sobre cómo se aplicará en la práctica la intención del presidente Donald Trump de bloquear la entrada y salida de petroleros sancionados ha reducido las primas de riesgo geopolítico, restando presión alcista a los precios del crudo.

Además, el propio flujo de exportaciones venezolanas mostró señales de flexibilidad. El país sudamericano, que aporta cerca del 1% del suministro petrolero mundial, autorizó la salida de cargamentos no sancionados con destino a China, un movimiento que refuerza la idea de que el mercado puede adaptarse a restricciones parciales sin generar escasez inmediata.

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A este panorama se suma el optimismo en torno a un posible acuerdo de paz entre Rusia y Ucrania impulsado por Estados Unidos. La sola expectativa de una distensión en el conflicto ha contribuido a aliviar los temores sobre interrupciones en el suministro energético, debilitando otro de los soportes tradicionales del precio del petróleo.

No obstante, el descenso de las cotizaciones podría encontrar un límite. Desde la óptica de grandes bancos de inversión, una caída prolongada del precio tendería a frenar proyectos y producción, lo que eventualmente ajustaría la oferta y evitaría un desplome más profundo, manteniendo al mercado en una zona de equilibrio inestable.

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