Niños de la primaria Roberto García Tortoledo sufren de deshidratación por apagones eléctricos

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Escuela Primaria Roberto García Tortoledo.

La Escuela Primaria “Roberto García Tortoledo”, ubicada en la colonia Villas de Guadalupe, en la capital del estado, se enfrenta a una serie de dificultades derivadas a los recurrentes apagones de energía eléctrica. La falta de luz ha generado una serie de inconvenientes, incluyendo la imposibilidad de encender el aire acondicionado, problemas en el suministro de agua, presencia de alimentos en estado de descomposición y casos de deshidratación en los niños.

Aunque los directivos de la institución han enviado reportes a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en busca de soluciones, las madres de familia aseguran que el problema radica directamente en la Secretaría de Educación Pública (SEP). Según su testimonio, la SEP debe realizar un cambio en las líneas del medidor, pero hasta el momento no se ha llevado a cabo la actualización necesaria. Como consecuencia, la comisión únicamente reinstala la luz, sin solucionar el problema subyacente de la infraestructura eléctrica.

Hace aproximadamente un año, la SEP solicitó un cambio en el medidor para adaptarse al crecimiento de la escuela, que pasó de contar con 3 aulas a tener 12, además de una sala de dirección y un comedor. Con un total de 256 alumnos, se estima que hay entre 25 y 30 niños por salón.

La falta de suministro eléctrico representa un riesgo para los comedores escolares, ya que la comida se encuentra en peligro de descomposición al no poder ser refrigerada. Además, cada media hora ingresan al comedor alrededor de 60 niños, agravando la situación debido a la falta de suministro de agua.

“Tenemos el comedor escolar y cada vez que se va la luz, corremos el riesgo de perder los alimentos. Por ejemplo, hoy teníamos atún, imagínate, vienen las moscas debido al calor y a la presencia del pescado, pero no hay abanicos ni ventilación. Todo se calienta demasiado porque hace mucho calor… Además, ya no podemos suministrar agua porque no hay luz. Los platos no se pueden lavar y los niños no pueden beber agua en sus salones porque no hay una bomba para que el agua suba”, expresó su preocupación la madre de un alumno, que prefirió mantenerse en anonimato.

Esta situación no solo afecta el bienestar de las familias, sino que también tiene un impacto significativo en la educación de los estudiantes. A pesar de las altas temperaturas y las advertencias sobre golpes de calor por parte de las autoridades, los niños y niñas padecen de deshidratación, lo cual ha llevado a casos preocupantes.

“Incluso ha habido casos de niños que han vomitado debido al calor. Recientemente, una niña de sexto año se sintió muy mareada y a punto de deshidratarse. Su madre tuvo que venir a buscarla, ya que el calor en los salones es realmente excesivo”, reveló otra madre de familia.

Los familiares insisten en que este problema debe ser abordado por todas las autoridades competentes, ya que no solo afecta la calidad de vida de las familias, sino que también compromete la educación de sus hijos e hijas. Es fundamental tomar medidas urgentes para resolver esta situación, garantizando un entorno seguro y propicio para el aprendizaje en la primaria Roberto García Tortoledo.

Sofía Apodaca