Profeco alerta: ¡Falsos “embutidos” se hacen pasar por jamón!

Profeco alerta: "Embutidos" engañosos se venden como jamón. Sin regulación, menos nutritivos y riesgosos para tu salud.
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Embutidos

La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) ha emitido una importante alerta sobre la presencia de productos en el mercado que, aunque se presentan y exhiben junto al jamón, no cumplen con la normativa establecida y podrían inducir a engaño a la población consumidora.

Estos productos, autodenominados “embutidos” o con variantes similares, constituyen un nuevo sector sin regulación, generando preocupación por su composición y el riesgo que representan para la salud pública.

Un estudio exhaustivo revela irregularidades en el mercado

El Laboratorio Nacional de Protección al Consumidor de la Profeco llevó a cabo un exhaustivo Estudio de Calidad de jamones, analizando un total de 40 productos. Los resultados revelaron una preocupante diversidad en el mercado:

  • De los productos estudiados, 21 fueron jamones comerciales, incluyendo 14 de pavo, 4 de pierna, 2 de pavo y cerdo, y 1 de cerdo y pavo.
  • Adicionalmente, se integraron 5 jamones de clasificación económica, de los cuales dos eran de pavo y tres de pavo y cerdo.
  • Sin embargo, un número significativo de 13 productos se declaraban como “embutidos” o bajo otras denominaciones similares.
  • También se incluyó en el análisis uno de imitación vegana.

Durante el análisis, se detectó que los productos que se autodenominan “embutidos” y otras variantes como “embutido cárnico”, “embutido cárnico cocido”, “embutido cocido de carne de cerdo y pavo”, “cocido de pavo” o “producto cárnico cocido”, constituyen un nuevo sector en el mercado que está completamente fuera de toda normatividad.

Esto significa que no están regulados por la Norma Oficial Mexicana (NOM-158-SCFI-2003) que rige al jamón, la cual establece requisitos claros sobre su denominación y clasificación comercial, especificaciones fisicoquímicas, microbiológicas, organolépticas e información comercial.

Falta de evidencia y riesgo nutricional

Uno de los hallazgos más críticos es que, para los 13 productos analizados de diferentes denominaciones, los fabricantes no demostraron con evidencia clara de dónde surge su denominación, ni ofrecieron una explicación técnica válida de por qué no son productos de imitación.

Visualmente, estos productos son muy similares al jamón y se exhiben comercialmente en la misma sección, incluso utilizando imágenes idénticas en sus empaques, lo que fácilmente puede confundir a los consumidores.

Al estar fuera de la NOM-158-SCFI-2003, estos “embutidos” pueden estar elaborados a partir de cualquier tipo de carne o pasta cárnica, incluyendo pollo, pavo y cerdo. Además, su contenido de soya puede ser más elevado que el del jamón y el porcentaje de fécula (o almidón) puede variar significativamente (ser inferior o superior al 10%).

Esta composición resulta en una disminución del aporte nutrimental de estos alimentos, haciéndolos menos nutritivos que el jamón genuino.

La NOM-158-SCFI-2003 exige que el jamón de pierna esté compuesto por al menos 55% de carne de la pierna trasera del cerdo, y el de pavo por el mismo porcentaje de carne del muslo del pavo.

Alto contenido de sodio y nitritos: una amenaza para la salud

Otro factor de riesgo identificado es el alto nivel sódico y de nitritos presentes en muchos de estos “embutidos”. El consumo excesivo de estos aditivos representa un riesgo significativo para la salud de la población, especialmente para aquellas personas que padecen enfermedades cardiovasculares.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda no consumir más de 2 gramos de sodio al día, y en México, las enfermedades cardiovasculares fueron la principal causa de mortalidad en 2019. Los nitritos, aunque contribuyen al color y sabor, también son motivo de preocupación en exceso. De hecho, uno de los productos analizados, Galy Galicia, excedió el límite permitido de nitritos.

Recomendaciones clave para un consumo informado

Profeco, alerta a la población a tomar precauciones para asegurar que adquieran jamón que realmente lo sea, las recomendaciones son las siguientes:

  • No dejarse llevar por las ilustraciones del empaque: Las imágenes pueden ser engañosas.
  • Leer detenidamente el etiquetado: Es fundamental verificar la denominación del producto y el origen de la carne con la que está elaborado.
  • Identificar el porcentaje mínimo de carne: Para tener certeza del aporte proteico, se debe buscar que el producto declare al menos un 55% de pierna trasera de cerdo o muslo de pavo para ser considerado jamón.
  • Revisar el etiquetado frontal: Cuantos más sellos y leyendas precautorias tenga un producto (como “Exceso Sodio”), menos recomendable es.
  • Moderar el consumo: Debido al alto contenido de sodio y nitritos en los jamones y productos cárnicos procesados en general, se recomienda un consumo moderado y, en caso de condiciones como hipertensión, consultar al médico.

La Profeco reafirma su compromiso con la protección de la salud y la economía de los consumidores, asegurando que los productos en el mercado cumplan con las disposiciones legales correspondientes.

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