Rosa Íris y su familia llegaron a Los Cabos para juntar dinero

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Cabo San Lucas.– En plena invasión de la colonia Las Antenas, vive la familia de Rosa Íris Contreras, se encuentran viviendo en un cuarto de cuatro por seis donde siete personas conviven.
“Desde el mes de agosto llegamos a San Lucas porque venimos a juntar dinero, es que tenemos una deuda muy grande; nada más nos trajimos a la más pequeña, los otros dos se quedaron con mi mamá “.
“Nos venimos porque es para darle algo a mis hijos y porque tenemos una deuda para pagar, yo trabajo en una purificadora y él está de ayudante en una carpintería, venimos por una temporada nada más “.
Rosa Íris comenta que su cuñada fue la que les invitó a venir, pues encontrarían trabajo rápido; por lo pronto están viviendo con ella.
“Todavía no sabemos si nos vamos a quedar más tiempo, somos de Chilapa Guerrero, pero a los demás niños no podemos dejarlos mucho tiempo, tenemos que estar con ellos y primero pagar la deuda que tenemos”.
“Aquí le traspasaron a mi cuñada el terreno, estamos viviendo siete personas; ahorita me quedé porque descansé y le estoy cuidando a su nena y mi hija, pero cuando me voy a trabajar ella me cuida a mi niña “.
Afuera en el patio está el fogón que hicieron para poder elaborar sus alimentos, aún está humeando pues Rosa Íris había puesto a cocer los frijoles. “Mis hijos tienen diez, seis y cuatro años, la idea de nosotros es que tenemos que regresar por mis hijos, pero como se vayan viendo las cosas le vamos a pensar, pero de que sí estoy segura es que ellos deben estar con nosotros”.
“Tengo treinta años y nunca me había salido del pueblo, pero las circunstancias nos hicieron venir para poder reunir más rápido el dinero que tenemos pendiente; extraño mucho a mis hijos, pero ellos están ya en la escuela y no pudimos moverlos “.
La casita de pedazos de madera y lámina, tiene espacio para tres camas matrimoniales dos ventiladores y una barra larga que es donde ponen los artículos para la cocina, afuera es donde elaboran la comida y están los tinacos de agua que almacenan.
“Aquí nos dieron espacio mi cuñada y nos acomodamos, somos siete personas ya contando los niños, pero solamente así podemos ahorrar y no estamos pagando renta, la luz la jalan de allá afuera y entre todos nos cooperamos para la comida”.
Rosa Íris junto con su esposo e hija son algunas de las muchas familias que llegan a Los Cabos buscando mejores oportunidades de vida, enfrentando muchas adversidades, pero con el mejor ánimo de lograrlo.

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