Senado rechaza limitar poderes de guerra de Trump tras ataques a barcos en el Caribe

El Senado de Estados Unidos rechazó este miércoles una resolución destinada a limitar los poderes de guerra del expresidente Donald Trump, tras una serie de ataques militares contra embarcaciones sospechosas de narcotráfico en el Caribe. La votación, que terminó 48 a 51, bloqueó el intento de exigir autorización del Congreso para continuar con estas operaciones, impulsadas bajo el argumento de “defensa nacional” ante amenazas provenientes del crimen organizado internacional.
El debate enfrentó visiones opuestas sobre el alcance del poder ejecutivo en materia militar. Un grupo bipartidista encabezado por el demócrata Tim Kaine y el republicano Rand Paul buscaba detener los ataques hasta que existiera una aprobación legislativa formal. “No se trata de impedir que Estados Unidos enfrente amenazas, sino de garantizar que el Congreso cumpla su obligación constitucional de autorizar el uso de la fuerza”, declaró Kaine antes de la sesión.
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Según el senador de Virginia, el Comité de Servicios Armados del Senado recibió la semana pasada un informe del Gobierno, pero éste no respondió preguntas clave sobre los fundamentos legales de las operaciones. “No sabemos por qué se optó por atacar en vez de interceptar, ni si realmente había una amenaza inminente para Estados Unidos”, señaló. Para Kaine, permitir que el Ejecutivo actúe sin control legislativo sienta un precedente que podría derivar en intervenciones militares sin límite geográfico ni político.
Del otro lado, el secretario de Estado, Marco Rubio, defendió las acciones militares y presionó a los republicanos para votar contra la resolución. “Estos cárteles representan una amenaza directa para la seguridad nacional. Desatan violencia en nuestras calles y el presidente tiene la obligación de mantener a salvo al país”, dijo. Rubio insistió en que Trump no requiere autorización del Congreso, al tratarse de operaciones “defensivas contra amenazas inminentes”.
El senador demócrata Adam Schiff, copatrocinador de la medida, advirtió que esta negativa podría expandir el margen de acción de futuros gobiernos. “Si hoy el Congreso no exige su rol, mañana cualquier presidente podrá emprender ataques en cualquier parte del mundo con el mismo argumento”, expresó, subrayando el riesgo de debilitar el principio de control civil sobre las fuerzas armadas.
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La discusión reaviva un debate recurrente en Washington sobre el equilibrio de poderes. Desde los atentados del 11 de septiembre, las administraciones estadounidenses —demócratas y republicanas— han ampliado sus márgenes para actuar militarmente sin un mandato del Congreso, amparadas en resoluciones pasadas de “autorización para el uso de la fuerza”. Sin embargo, críticos aseguran que estas bases legales se han distorsionado con el tiempo para justificar operaciones no relacionadas con terrorismo ni defensa directa.
Kaine cerró el debate con un mensaje que resonó más allá del tema militar: “La supervisión del Congreso es un músculo, y se ha atrofiado. Se ha atrofiado en la guerra, en el comercio y ahora en el presupuesto. La única forma de fortalecerlo es ejercitándolo”. Su advertencia, aunque no logró cambiar el resultado de la votación, refleja la creciente preocupación en sectores del Capitolio por el poder casi ilimitado que el Ejecutivo ha acumulado en nombre de la seguridad nacional.
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