Senadores firman manifiesto en contra de pesca comercial del dorado en BCS

Luego de que diputados del Congreso del Estado de Baja California Sur tomaron la tribuna del recinto legislativo para exponer su rechazo a las intenciones de senadores federales de modificar el artículo 68 de la Ley General de Pesca y Acuacultura Sustentables para permitir la pesca comercial del pez dorado, el senador electo por Baja California Sur, Homero Davis Castro, declaró que un grupo de legisladores sudcalifornianos firmó un manifiesto en contra de esta iniciativa de ley.

“En primer lugar, un contundente no a la apertura de la pesca comercial del dorado. Ya firmamos un manifiesto mi compañero Manuel Cota, Luis Armando Díaz y mi compañera Lucía Trasviña, y vamos a hacer lo que sea necesario para que esto no se apruebe. Sabemos que la pesca deportiva del dorado es nuestra fortaleza, y existe una gran diferencia en lo que genera la pesca comercial. Además, el dorado es importante no solo para Los Cabos, sino también para La Paz, Loreto y Comondú. Es un rotundo no, y vamos a hacer equipo para un frente común,” destacó.

La modificación de ley impulsada por senadores y grupos de pescadores comerciales originarios de Sinaloa podría permitir que el dorado (Coryphaena hippurus) también sea pescado por ellos. Este pez, conocido por su valor gastronómico y su atractivo en la pesca deportiva, ha estado sujeto a estrictas regulaciones en las últimas décadas debido a sus poblaciones vulnerables. El manifiesto subraya la importancia de mantener la prohibición vigente y garantizar la sostenibilidad de las pesquerías en la región.

Davis Castro enfatizó que sería grave que se apruebe la iniciativa de ley que promueve la liberación del dorado, ya que representaría un duro golpe para el turismo en Baja California Sur, considerando que la pesca deportiva es uno de los pilares económicos de la entidad.

El artículo 68 de la Ley General de Pesca y Acuacultura Sustentables establece que “las especies denominadas marlín, pez vela, pez espada, sábalo o chiro, pez gallo y dorado, en todas sus variedades biológicas, quedan destinadas de manera exclusiva para la pesca deportivo-recreativa, dentro de una franja de 50 millas náuticas, contadas a partir de la línea de base desde la cual se mide el mar territorial.”

Los detractores de la medida han señalado que, aunque la pesca comercial podría generar beneficios económicos a corto plazo, los riesgos asociados con la sobreexplotación del recurso son demasiado altos. Argumentan que la liberación de la pesca comercial podría llevar al colapso de la población de dorado, afectando no solo al ecosistema marino, sino también a las comunidades locales que dependen de la pesca artesanal y el turismo para equilibrar el desarrollo económico con la conservación ambiental.

jb