Tecla 7/6 ROQUESEÑAL, 25 AÑOS DESPUÉS
El 17 de marzo de 1995, Humberto Roque Villanueva, con su sicalíptica escena daba rienda suelta a su celebración de habérsela dejado ir al pueblo de México al lograr la mayoría del PRI la aprobación del aumento del IVA del 10 al 15 por ciento. La sumisión al entonces presidente Ernesto Zedillo que celebraban los priistas con la “roqueseñal”, era una afrenta a las mexicanas y mexicanos. Pero, lo volverían hacer con el innombrable de Peña Nieto, hasta aumentar el IVA al 16%.
Ahora, en dos años de Morena, la 4T y de López Obrador en la Presidencia, tanto que han arremetido en contra de los ex presidentes priistas (y los otros dos panistas) y tanto que no sólo el IVA no ha sido bajado (salvo la zona fronteriza Norte), sino que ayer al igual que la ‘roqueseñal’ de hace 25 años, Mario Delgado, debió de celebrar que las huestes morenistas y sus aliados PVEM y PES –en esta ocasión sin el PT–, decretaran la desaparición de 109 fideicomisos, entre éstos el Fonden, el Fondo Nacional para Desastres Naturales.
La sumisión, de un sexenio a otro, tiene otro rostro: lealtad ciega. Como fue exigido desde Palacio Nacional.
Los levantadedos y las roqueseñales contra el pueblo de México no cambian.
El pronunciamiento por desaparecer los fideicomisos no pudo ser menos indolente en un día como ayer, cuando el peligrosísimo huracán “Delta”, en categoría IV, se proyectaba contra la península de Yucatán, aún cuando podría impactar en III.
Fallida la intentona en dos ocasiones por la desaparición de los fideicomisos, la mayoría morenista estaba urgida de cumplir a la tercera.
Se habla de corrupción, no transparencia y otras lindezas. Pero, carajo, acaso no son ahora lo tiempos de la 4T. Y no de ayer, ya llevan dos años en el poder. Entonces, ¿ellos mismos estaban permitiendo que las cosas estuvieran mal sin consecuencias? Y si antes estuvieron mal, por qué no enderezar lo irregular para darle certeza al pronunciamiento de honestidad de la 4T, y más aún, por qué no dejar antecedente de sanciones.
Si en el presupuesto no se etiquetan partidas, no habrá recursos. Es el caso de la consulta popular que costaría 8 mil millones de pesos -y en la que López Obrador no incluyó justicia para las masacres estudiantiles ni referencia alguna al ex presidente Luis Echeverría- y que ahora quieren montarla a la jornada electoral de junio del 2021, por el supuesto del costo y que no habría sido incluida en el proyecto del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) del 2021.
Los Cabos, como La Paz y otras regiones del país, se encuentran en medio de ruta ciclónica, como ahora mismo está sucediendo en Yucatán y Quintana Roo, con el brutal huracán “Delta. Y otras regiones que son permanentemente castigadas por actividad sísmica. Y ya no se diga de llegar a registrarse erupciones volcánicas con afectaciones a poblaciones enteras. Un recurso como el Fonden no estará. Y ante la lamentable realidad económica, ¿Cuál ahorro para contingencias?
Cada año se reportan desastres naturales, cuyas comunidades afectadas en infraestructura urbana o rural, y las propias necesidades de los hogares, demandan de cientos o miles de millones de pesos.
En Los Cabos no sólo es cultura de previsión, si no también es certeza que habrá disponibles recursos extraordinarios para actuar en contingencia, precisamente, bajo condiciones extraordinarias.
Cada año, lugares como Los Cabos están expuestos. La voluntad inquebrantable de solidaridad y de humanidad local, es de sobra conocida. Para los recién llegados a Los Cabos y para la desmemoria política de quienes recién llegan al poder, la carretera a cuatro carriles San José del Cabo-Cabo San Lucas, sin casetas, se hizo posible con el impuesto especial del 1.3 por ciento a los ingresos directos –que no utilidades—de las empresas locales, luego se dio otro impuesto especial para concretar cien millones de pesos para pavimentación en Cabo San Lucas.
Qué decir de la Alianza Comunitaria de Baja California Sur con todo el empuje del sector empresarial local y coordinación con autoridades municipales, estatales y federales para concretar apoyos en alimentación y salud que por la pandemia del Covid-19, en seis meses habrían logrado la distribución de más de 216 mil despensas y 15 millones de pesos en equipos e insumos médicos. No se diga las aportaciones millonarias a instalaciones militares, o aquellas elevadas aportaciones para la permanencia de seguridad federal, tras la rapiña suscitada luego del devastador huracán ‘Odile’ (2014), entre otros gestos de desprendimiento solidario.
No queda claro, por tal, lo de desaparecer al Fonden –como el otro centenar de fideicomisos que tienen que ver con ciencia, tecnología, cultura, deporte, artes, el campo–. Este amanecer será muy amargo en la Península de Yucatán, como en diferentes sectores sociales que se verán devastados con el pronunciamiento de mayoría morenista en la Cámara de Diputados.
Quitaron promoción, ahora Fonden
Cuando se habla de debate, pluralidad. Políticos decentes y esas cosas. Nos volvemos a topar con las cargadas.