Tecla 7/6 UNA PUERTA QUE SE ABRE; OTRA QUE CIERRA EL DESDÉN

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Mientras, Blanca Jiménez Cisneros, directora general de la Conagua volvió a estar en Los Cabos para dar cuenta ahora de la inauguración del nuevo Radar Meteorológico en Los Cabos, que registra la cobertura de 250 kilómetros a la redonda, en beneficio de medio millón sudcalifornianos y al que se aplicaron 52 millones de pesos de aportación federal, en contraste se está en otro sexenio y nada se sabe de Conapesca –tal cual sucedió en los sexenios de Fox, Calderón y de Peña Nieto–.
    Presencia, para no ignorar realidades locales en el caso de Conagua (y vaya que hay problemas); desdén permanente, sin importar tiempo ni sexenio, para marcar distancia por parte de Conapesca con Los Cabos, aún cuando el destino que cuenta con la principal flota de pesca deportiva en el Pacífico latinoamericano, con sus puntos estratégicos de Cabo San Lucas, San José del Cabo y Cabo del Este, enfrenta una grave amenaza por la impune devastación marina. 
    Blanca Jiménez, ayer mismo hizo referencia, además, que en Los Cabos a través del programa para atender emergencias “se reconstruyeron siete obras afectadas desde 2017 por la tormenta tropical ‘Lidia’, con un costo de 80.8 millones de pesos en beneficio de 7 mil personas”; en cuanto a Conapesca y de su director general “quién sabe quién”, ayer frente aguas cabeñas se vieron embarcaciones depredadoras, una de éstas, precisamente, frente al Westin, y otras tres más por Punta Gorda. 
   Igual, Blanca Jiménez, no pudo evitar pronunciarse en contra del despojo y de la impunidad a ojos de todos en el caso del arroyo Costa Azul y su desembocadura a la playa del mismo nombre (en San José del Cabo). Advirtió la funcionaria federal: 
    “Quisiera hacer un llamado a la sociedad en general, porque es evidente que se está tomando un área de la zona federal, digo, no se necesita ni siquiera ser experto o conocedor del tema, por lo que se va a proceder conforme a Derecho en tiempo y forma, esto de una manera coordinada con la presidente municipal de Los Cabos (Armida Castro), ya que tiene otra parte de la historia, ya que es un tema en conjunto”.
    No es el único caso. En el sexenio de Peña Nieto se realizó el documental Olvidados (Tribuna, subido a YouTube) que da cuenta de la perversión en la ocupación de arroyos con todo y licencias de construcción para levantar edificios habitacionales en las áreas de riesgo, incluso desde el salinismo y acentuadas con calderonismo.
    Como dice la funcionaria Blanca Jiménez, “no se necesita ni siquiera ser experto para conocer del tema”. En Los Cabos sin embargo, hay vidas y bienes en peligro. La justicia no llega. Vendrán a la vuelta de la esquina otras votaciones –las del 6 de junio–  y ahora habrá más vidas en peligro en medio de esos arroyos locales.
    Al igual que con Conapesca y la depredación marina, Conagua no daba la cara para dar cuenta de esas vidas en peligro. Hoy, no obstante en el caso de Conagua, hay un rostro y nombre, para no hablar con fantasmas. Conapesca en cambio salinista.
   Ayer mismo Blanca Jiménez aludió a 55 expedientes que se analizan para que se proceda en consecuencia. Y en relación al arroyo de Costa Azul habría respuesta con toda la fuerza de la ley (contra presuntos responsables de inversión y de escritorio público) en 15 o 20 días.
   De Conapesca ni su cara. 
   Una mujer para dar muestra desde el organismo federal de Conagua del NO desdén.
    Y el “quién sabe quién” desde la Conapesca –vamos ni su nombre– de la mano de la depredadora normatividad de la pesca incidental. Se siguen chingando a los litorales sudcalifornianos (del Pacífico y del Golfo de California) y ahora con otro agravio más con el que se puedan entregar a terceros permisos de captura pesquera.
   La depredación marina va con el viento y las embarcaciones mismas de la devastación que ayer se volvieron a ver frente a bahías locales. No se sabe de Conapesca ni de su director general el “quién sabe quién”.
   Había el decreto de las 50 millas náuticas, su límite. Y también el decreto de la reserva de las especies marinas para la pesca deportiva (marlin, dorado…). Tanto que se le quisiera decir a Conapesca, pero no viene el funcionario federal “quién sabe quién”. Sí vienen las embarcaciones de la depredación, de la muerte. Tampoco la 4T quiere ver hacia el Área Natural Protegida –ANP—para los litorales sudcalifornianos, el eco mismo de la Conapesca para no ver a Los Cabos y el atentado permanente contra los picudos y su alimento el dorado.
    Ya sabe Conapesca del video en el que a puertas del organismo federal (en Mazatlán) se observa la descarga de toneladas y toneladas de dorado. Se acomoda el organismo federal con la pesca “incidental”. El espíritu salinista en la 4T pesquera: ni oye ni ve.
   Así, ayer se dieron dos escenas diferentes:
    1.- Conagua presente y escuchando, inaugurado Radar Meteorológico. A la pregunta de Costa Azul y otras áreas, respuestas. Y plazos.
   2.- Conapesca ausente y frente a costas locales barcos depredadores. Hay posturas en Los Cabos para no ignorar. Pero en el nuevo sexenio Conapesca se funde en el mismo desdén de los anteriores, para maldita sea la cosa.
    Una puerta que abre la atención. Otra puerta que mantiene cerrada el desdén.     Dos historias diferentes en la 4T, ayer en Los Cabos.

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