Trump rompe 30 años de moratoria y anuncia el regreso de las pruebas nucleares de EE.UU.

Donald Trump anunció este jueves la reanudación de los ensayos nucleares estadounidenses, interrumpidos desde hace más de tres décadas, en una decisión que marca un giro histórico en la política de contención atómica global. El anuncio se produce tras las recientes maniobras nucleares de Rusia y en vísperas de la reunión del mandatario estadounidense con el presidente chino, Xi Jinping, en Corea del Sur, lo que añade tensión al ya frágil equilibrio estratégico mundial.
Trump justificó la medida afirmando que “otros países están haciendo pruebas y es apropiado que nosotros también lo hagamos”. De concretarse, su orden pondría fin a la moratoria vigente desde septiembre de 1992, cuando Estados Unidos realizó su última detonación subterránea en el polígono de Nevada. En aquel entonces, el Congreso había decidido suspender los ensayos como parte del esfuerzo internacional para detener la proliferación nuclear tras el fin de la Guerra Fría.
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El mandatario aclaró que los lugares específicos de prueba serán definidos más adelante, aunque adelantó que el objetivo no es “provocar” sino “asegurar la capacidad y fiabilidad” del arsenal nuclear norteamericano. “Nuestras reservas están bien protegidas, pero la seguridad requiere verificación”, afirmó el presidente a bordo del Air Force One, donde también señaló que buscará incluir a China en futuras conversaciones sobre control de armas con Rusia.
Sin embargo, la decisión ha generado preocupación entre expertos en seguridad y diplomáticos que advierten sobre el riesgo de una nueva carrera armamentista. La reactivación de pruebas, argumentan, no solo pondría en entredicho el Tratado de Prohibición Total de Ensayos Nucleares (CTBT), firmado en 1996, sino que podría alentar a potencias emergentes —como Corea del Norte o Irán— a seguir el mismo camino. Aunque Estados Unidos firmó dicho tratado, nunca lo ratificó, por lo que la Casa Blanca no está legalmente obligada a mantener la moratoria.
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El anuncio ocurre después de que Vladimir Putin encabezara ejercicios nucleares con misiles intercontinentales Yars, de hasta 12 mil kilómetros de alcance. Washington interpretó dichas maniobras como una demostración de fuerza dirigida tanto a Occidente como a Beijing, mientras Moscú insistió en que se trataba de “rutinas defensivas”. En ese contexto, la respuesta de Trump busca enviar un mensaje de “equilibrio estratégico”, aunque sin descartar la posibilidad de avanzar hacia una eventual “desnuclearización global”, como él mismo expresó.
Históricamente, Estados Unidos ha realizado más de mil ensayos nucleares, la mayoría durante la Guerra Fría. Los primeros fueron atmosféricos, hasta que el Tratado Parcial de Prohibición de 1963 restringió las detonaciones a pruebas subterráneas. Desde 1992, el país solo ha efectuado experimentos “subcríticos”, sin reacciones en cadena, utilizados para evaluar la estabilidad de su armamento sin violar los acuerdos internacionales. La nueva orden presidencial, no obstante, implicaría regresar a pruebas de rendimiento real.
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Trump argumentó que la medida responde al comportamiento de otras potencias que “no cumplen” con los tratados internacionales, en alusión a Rusia y China. “Me gustaría ver desnuclearización, pero debe ser equilibrada. Rusia ha perdido terreno, China se está adelantando. Queremos paz, pero con fuerza”, dijo. El mensaje refuerza la doctrina trumpista de “paz mediante poder”, retomando un enfoque de disuasión similar al de la era Reagan.
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