Trump y Zohran Mamdani, sorprenden con una reunión “productiva” en la Casa Blanca

La política estadounidense dio un giro inesperado tras la reunión entre el presidente Donald Trump y el alcalde electo de Nueva York, Zohran Mamdani, un encuentro que ambos calificaron como “productivo” pese a meses de tensiones públicas. La cita, realizada en la Oficina Oval, abrió una inusual ventana de cooperación entre dos figuras ideológicamente opuestas pero unidas por una preocupación central: el costo de vida en la ciudad más cara del país.
El ángulo principal de la reunión giró en torno a las dificultades económicas que enfrentan los neoyorquinos, un tema que Mamdani convirtió en la columna vertebral de su campaña. Trump reconoció la gravedad del problema y destacó que, más allá de las diferencias partidistas, ambos comparten el objetivo de mejorar las condiciones de vida en Nueva York. Desde el emblemático Escritorio Resolute, el presidente aseguró que la ciudad necesita soluciones rápidas en vivienda, alimentos y energía, rubros donde prometió apoyo federal.
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En medio de esa narrativa conciliadora, Trump buscó dejar de lado la confrontación que marcó gran parte de la campaña municipal. El presidente sorprendió al señalar que Mamdani “podría ser un alcalde excelente” y que su Gobierno estará dispuesto a respaldarlo. Incluso llegó a decir que el demócrata podría “sorprender a conservadores y progresistas”, un elogio que contrasta con las amenazas previas de recortar fondos federales a la ciudad.
Para Mamdani, la reunión representó la oportunidad de reiterar sus prioridades: vivienda asequible, control de rentas, reducción del costo de los alimentos y protección de servicios públicos. El alcalde electo insistió en que más de 8.5 millones de neoyorquinos enfrentan una presión económica sin precedentes y que solo con apoyo federal podrán frenar el desplazamiento de familias enteras hacia la periferia. Aseguró que el diálogo con Trump se basó en “admiración mutua” por la ciudad que ambos consideran su hogar.
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Otro punto relevante del encuentro fue la discusión sobre seguridad e inmigración, uno de los mayores puntos de fricción entre ambos. Trump, que ha enviado agentes de ICE a varias ciudades como parte de su ofensiva migratoria, dijo confiar en que él y Mamdani “resolverán sus diferencias”. El alcalde electo ha sido un crítico abierto de la agencia y ha prometido impedir que la policía local coopere con ICE en tareas de inmigración civil. Aun así, el presidente aseguró que ambos coinciden en la necesidad de mantener a Nueva York segura.
El momento más llamativo de la reunión llegó cuando un reportero preguntó a Mamdani si aún considera a Trump un “fascista”, término que el alcalde electo ha usado en discursos y entrevistas. Antes de que Mamdani pudiera responder, el propio Trump intervino para desactivar el tema: “Está bien. Él puede decir eso”, afirmó el presidente entre sonrisas, en un gesto que buscó suavizar una de las críticas más fuertes recibidas durante la campaña.
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Pese al tono inesperadamente cordial, la reunión no borró el historial de tensiones entre ambos. Trump había advertido que podría cortar fondos federales si no coincidían en materia migratoria, mientras que Mamdani basó sus mensajes de victoria en “rechazar el fascismo” del presidente. Sin embargo, la conversación en la Casa Blanca mostró que, al menos públicamente, ambos están dispuestos a construir una relación pragmática en torno a la economía, la seguridad y la gobernabilidad.
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